Bonhomía

XV

-¡TE VOY A MATAR, MALDITA ESCORIA!- gritó Bakugo, quién está siendo sostenido por Yuya para evitar que maté a Deku, literalmente.

Mientras tanto, el pecoso se escondía detrás del rey Caius, Aichi se ponía entre ellos.

-¡Por favor, Bakugo! ¡Fue un accidente!- dijo el peliazul.

-¡¿Accidente?! ¡No me jodas!

Después de que los chicos llegaron al palacio de los titanes, Koichi los recibió para darles la noticia de que Deku estaba sufriendo los efectos de la fruta Karina, y lo peor, es que el pecoso le robó un beso en los labios de Aichi, eso último causó que Bakugo perdiera la cordura y corriera hacia la enfermería.

-Jamás imaginé que esto pasaría- agregó Nicole.

-¡Bakugo, por favor!- Aichi intenta razonar con el rubio, pero es inútil.

Deku vuelve a colapsar debido al veneno,  Koichi lo toma por los hombros.

-Primero hay que darle el antídoto.

-¡Saquenlo de aquí!- ordenó Caius.

Yuya, usando su poder logra sacar al rubio de la habitación, pero al mismo tiempo, Bakugo toma la muñeca de Aichi para arrastrarlo con él.

-Oye, espera- protestó.

Ya estando lejos de la enfermería, Bakugo logra zafarse del agarre de Yuya.

-Ven aquí- gruñó el rubio y lleva a Aichi a arrastras hacia el jardín del castillo.

Lo acorrala contra la pared y lo mira con esos ojos rojos profundos.

-Escucha maldito mocoso...

-¿Mocoso? Somos de la misma edad- corrigió Aichi.

-¡Me importa una mierda! ¿Tienes idea de lo que hizo ese maldito nerd?

-Bakugo, fue un accidente. El veneno lo estaba enloqueciendo, no estaba consciente de lo que hizo.

-Consciente o no. Él ha sellado su destino ¿Acaso tu reino no tiene una ley que prohibe robarse el prometido o prometida de un príncipe?

-B-Bueno... Existe una. Si alguien de la realeza o no, se atreve a pelear por la mano de la princesa o príncipe comprometido, deberá arreglarlo con un duelo a muerte. Pero en estos momentos no estamos en mi reino o el tuyo para acatar esa ley, así que...

-Ah...eso significa que te gustó el beso- inquirió el rubio con una sonrisa macabra.

-No quise decir eso- quiso justificar.

-El rey Alfred me pidió que te cuidara en este viaje, y así es como me agradeces por protegerte.

-¡No necesito que me protejas! Tal vez en estos momentos mi magia está débil, pero no significa que sea débil físicamente. Yo también sé manejar la espada, además, nuestro compromiso no es oficial, la reina Bakugo lo quiso, pero tú no estás de acuerdo con ello. Ni siquiera me gustas- lo encara con la mirada.

-¿Piensas que hago esto por el estúpido compromiso?- golpea la pared haciendo que Aichi cierre los ojos por un segundo por el impacto- estás equivocado. Ese estúpido nerd me ha humillado, no le bastó con vencerme en el duelo, sino que también me está robando lo que me pertenece por derecho.

-¿Qué?

-Y tú...piensas que yo no valgo la pena y al parecer le correpondiste el beso. Tú también me has humillado- lo toma por el cuello.

-Espera...- suplicó. "¿Acaso piensa desquitarse conmigo?" pensó con temor.

Bakugo levanta un puño. Aichi cierra los ojos para recibir el impacto.