Catharsis || Tom Riddle ✔️

32.

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Tenía que volver a los dormitorios de Slytherin.

Su corazón se aceleró mientras corría por los pasillos vacíos, tratando de llegar a las mazmorras lo más rápido posible.

Joder.

Joder.

Joder.

Iba a matar a Avery.

Llegó a la entrada de la sala común de Slytherin más rápido de lo que creía humanamente posible, se apresuró a decir la contraseña y golpeó impacientemente con el pie mientras esperaba que la entrada se abriera. En cuanto lo hizo, entró, y sus ojos se posaron inmediatamente en las dos únicas personas de la sala, Nott y Avery, sentados juntos en el sofá, charlando y riendo.

Los dos lo miraron y sonrieron, pero una mirada de confusión los invadió cuando él se acercó furioso y agarró al desconcertado rubio por el cuello de la camisa, tirando de él y lanzándolo contra la pared, apuntándole al cuello con su varita.

—"¿Qué demonios?"— Exclamó Nott mientras se levantaba y comenzaba a acercarse a los dos.

—"Vete, Nott",— gruñó Tom.

Axel comenzó a protestar:— "No, yo...".

—"¡He dicho que te vayas! "

Sabía que no debía discutir con Riddle. Así que, con una última mirada preocupada hacia su compañero de habitación, Axel cogió sus cosas de mala gana y salió corriendo hacia su habitación.

—"¿Cuál es tu problema?"— Preguntó Avery, retorciéndose contra el agarre de Tom.

Tom pudo ignorar su pregunta. Sabía que los efectos de la pequeña dosis de Veritaserum habían desaparecido.— "¿Has puesto algo en el café?"

—"¡Crema y azúcar!"— soltó Avery, con los ojos desconcertados y llenos de perplejidad.

Tom puso los ojos en blanco, empujando la varita más profundamente en el cuello del chico.— "Aparte de eso".

—"No, lo juro",— insistió el rubio. Tom sabía que Avery estaba diciendo la verdad... el chico no era lo suficientemente buen mentiroso como para conseguirlo. Y, cuanto más pensaba Tom en ello, Orión estaba demasiado cerca de Hendrix como para echarle la bebida.

—"¿Dijiste que viste a Rosier en la cocina?"

—"Hablé con él brevemente pero lo dejé para ir a buscar dulces a los elfos".

—"¿Te llevaste las bebidas cuando hablaste con los elfos?"

—"¿Qué...?"

—"¿Te llevaste las bebidas?"

—"¡No!", —exclamó.— "Las dejé en la mesa".— Tom soltó el cuello de Avery y bajó su varita, pero la ira en sus ojos ardía aún más que antes mientras comenzaba a dirigirse a la habitación de Rosier y Lestrange. —"¡Oye!"— gritó Avery, deteniendo momentáneamente el movimiento de Tom. —"¿Qué está pasando? ¿Está bien Avalon?"

—"Está bien",— dijo Tom, dejando al rubio sin decir nada más. Cuando llegó al dormitorio que deseaba, abrió la puerta de golpe y descubrió a los dos chicos sentados en las sillas del escritorio, cuya conversación terminó cuando lo vieron entrar. Sin dudarlo un instante, desarmó a los dos, atrapando sus varitas voladoras con la mano izquierda antes de apuntar con la suya a Rosier.