Catharsis || Tom Riddle ✔️

56.

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Para cuando Tom y Avalon se asearon, ya era hora de que se fueran por fin a la cama. No podía negar lo bien que se sentía al saber que podía volver a dormir a su lado. El sonido de los latidos de su corazón que la arrullaban era algo que había echado mucho de menos.

Se acostaron uno al lado del otro, con los brazos de él alrededor de su cintura mientras la miraba a los ojos con adoración. Los dedos de él se extendieron suavemente y le acariciaron la mejilla, y su tacto le hizo sentir una electricidad familiar en la piel.

—"¿Cómo te sientes?",— preguntó ella, poniendo su mano sobre la de él.

—"Exhausto", —respondió él con sinceridad.

Ella se detuvo un momento, pensando para sí misma, antes de decir: —"¿Te sientes diferente?".

—"Es un poco extraño", —dijo él, con sus profundos ojos marrones perdidos en sus pensamientos. —"Puedo sentir que una parte de mí se ha ido, pero creo que es mejor así. Como si pudiera perder las partes más oscuras de mí. Y ahora me queda todo lo que podría necesitar", —dijo él, sonriendo cuando se inclinó hacia delante y le dio un casto beso en los labios.

Ella no pudo evitar sentirse aliviada... como si se hubiera quitado un peso de encima. Había destruido los Horrocruxes y había jurado no volver a perseguir su creación nunca más. Si no se había convencido antes, ahora sabía que su futuro ya no le llevaría a convertirse en el Señor Tenebroso.

Había tenido éxito. No de la manera que había planeado originalmente, pero una victoria de todos modos. Él no podría ir por el camino que ella temía. Si rompía su voto, moriría. Era tan simple como eso.

Tom no se convertiría en el inmortal Señor Oscuro.

—"Estoy orgullosa de ti", —dijo ella, moviéndose un poco para recostar la cabeza sobre su pecho y escuchar el suave latido de su corazón.— "Por destruir los Horrocruxes, quiero decir".

Ella no pudo ver la suave sonrisa en sus labios, pero él le besó la frente, murmurando en su piel:— "Ahora no hay más secretos ni mentiras entre nosotros".

—"Orión me ha regalado hoy un giratiempo", —admitió ella, sin querer ocultárselo a Tom. Pudo percibir su repentina preocupación casi al instante y añadió rápidamente: —"No creo que lo use".

—"¿No?"

Ella negó con la cabeza, sumida en sus pensamientos. —"No", —dijo, con un toque de tristeza en su voz. —"Aunque quisiera, sin duda he cambiado demasiado el curso del tiempo al estar aquí. Ni siquiera sé si la gente que quiero sabrá quién soy en un mundo sin Voldemort".

—"¿Voldemort?", preguntó. —"¿Es mi nombre...?"

—"Su nombre",— le corrigió ella rápidamente. —"No el tuyo".

Hizo una pausa por un momento antes de decir en voz baja: —"Todo lo que te pasó... yo... ¿él... es responsable?".

—"Ya no importa", —dijo ella, tragándose los dolorosos recuerdos, empujándolos a los rincones más lejanos de su mente.

—"Sí importa, paloma", —suspiró él, poniendo el dedo bajo su barbilla y levantando suavemente su mirada para que se encontrara con la suya.— "Si tienes que cargar con el peso de tus acciones, yo debería saber de las mías".