Catharsis || Tom Riddle ✔️

41.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

🐍🐍🐍

Avalon se quedó mirando la pared que tenía delante. La mañana se asomaba por su ventana mientras el día irrumpía en su habitación. Había pasado otra noche sin dormir, aunque esta vez las pesadillas no la habían despertado, ni siquiera había podido conciliar el sueño.

Sabía que era una tontería no haber pasado la noche con Tom, pero necesitaba tiempo a solas para aclarar sus ideas. Necesitaba estar segura de que su decisión de arriesgarse con él era realmente suya y no algo que había sido influenciado por su constante presencia a su alrededor.

Sin embargo, pasó toda una noche y su decisión seguía siendo firme. Iba a hacer todo lo posible para salvar a Tom Riddle de sí mismo.

Pensó en los días que tenía por delante. Hoy era su último día en el castillo. Por la tarde, ella y Tom se irían a la mansión de Nott para pasar los últimos días del año rodeados de elitistas de sangre pura. La idea le produjo un escalofrío. Esperaba y rezaba por ser capaz de mantener su tapadera en medio de todos ellos. Una cosa era mentir sobre su origen a los chicos... pero le preocupaba la posibilidad de que sus familias estuvieran allí cuando ella llegara. Avery había dicho que su familia y la de Nott se iban a España en Año Nuevo, así que cruzó los dedos y esperó que se hubieran ido cuando ella y Tom llegaran.

Sin embargo, pensar en Avery la hizo sentirse un poco más tranquila. Cada vez echaba más de menos a Orion y su brillante sonrisa. Al menos, tenerlo en la mansión haría el viaje mucho más llevadero.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el suave sonido de unos golpes en su puerta. Era tan silencioso que apenas lo oyó, pero aun así, se puso en pie y se dirigió a la puerta, abriéndola lentamente para descubrir a Tom de pie en la entrada.

—"Buenos días",— dijo ella, haciéndose a un lado para dejarle entrar.

—"Estás despierta",— observó mientras entraba, golpeando impacientemente el pie mientras esperaba una respuesta.

—"No he dormido", —se encogió de hombros.

—"No volviste anoche".

—"Tenía cosas que atender",— respondió ella.

Él miró su habitación. —"Ni siquiera has hecho la maleta para ir a casa de Nott".

Puso los ojos en blanco y dirigió su varita hacia su armario, observando como un conjunto de ropa salía flotando lentamente y entraba en su equipaje antes de cerrarlo ordenadamente. —"¿Contento?"

—"¿Qué te pasa?",— preguntó, con la voz claramente agitada. —"Has estado actuando de forma extraña desde ayer por la mañana".

—"Nada", —dijo ella, forzando una sonrisa mientras cerraba la brecha entre ellos y tomaba su mano entre las suyas mientras levantaba la vista y se encontraba con sus ojos acusadores. Su ceño se frunció cuando ella se llevó las manos a los labios y le dio un suave beso en los nudillos. —"Vamos a desayunar".— Él dejó escapar una profunda exhalación, pero no se quejó cuando ella se puso de puntillas y le besó la mejilla antes de pasar rápidamente su varita y vestirse y prepararse.

Cuando terminó, él le tendió la mano, y un atisbo de sonrisa volvió a aparecer en sus labios cuando ella entrelazó sus dedos y ambos se dirigieron al Gran Comedor para desayunar. Se sentaron en la mesa de Slytherin -él seguía negándose a sentarse en otro sitio- y las manos de ella se dirigieron inmediatamente hacia los bollos de arándanos y limón mientras él buscaba su café.