Catharsis || Tom Riddle ✔️

36.

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—"Siento que me estoy olvidando de algo", —refunfuñó Zelda, revisando su lista por enésima vez.— "Merlín, ¿de qué me estoy olvidando?"

—"Esto, tal vez",— se rió Avalon, tendiendo la varita de su compañera de habitación.

—"Oh",— dijo Zelda con los ojos muy abiertos mientras la cogía y la metía en el bolsillo de su abrigo. — "Claro".

Su dormitorio parecía bastante despojado. La mayoría de las cosas de Zelda estaban bien guardadas en sus dos maletas, dejando sólo los restos vacíos de lo que quedaría en la habitación durante el mes de vacaciones. Avalon trató de reprimir la sensación de temor que le invadía por la soledad que se avecinaba y sonrió al ver a su amiga cerrar la maleta.

El día anterior lo había pasado ayudando a Zelda a asegurarse de que no se olvidaba de ningún libro, abrigo, zapato, bufanda u otras necesidades. Afortunadamente, cuando Avalon había regresado de su noche en el dormitorio de Slytherin, había sido recibida con una habitación vacía. Cuando Zelda regresó finalmente del dormitorio de su novia, Avalon ya había tenido la oportunidad de cambiarse la bata y asearse, evitándole tener que explicar su noche a su compañera de cuarto.

Había tratado de no pensar en la noche que había pasado con Riddle... no había necesidad de darle vueltas al pasado... había terminado. El error se había cometido y ya no podía hacer nada al respecto. Pero, era difícil no pensar en él cuando cada vez que cerraba los ojos, se trasladaba a la sensación de sus labios en su piel.

Lo odiaba. Odiaba no poder dejar de pensar en él, odiaba seguir culpándose por cómo había actuado la mañana siguiente y odiaba lo mucho que le dolía repetir sus palabras una y otra vez en su cabeza.

Se odiaba a sí misma por ser tan... débil.

La voz de Zelda finalmente la sacó de sus pensamientos de autodesprecio. "¿Estás segura de que no quieres venir a casa conmigo para las vacaciones? Estoy segura de que mi familia estará encantada de conocerte. Les he escrito tantas veces sobre ti, que estarían más que contentos..."

—"No te preocupes por mí, estaré bien aquí", —sonrió Avalon, cortándola. —"Pero, gracias por la oferta. Te echaré de menos durante las vacaciones".

—"Me aseguraré de escribir", —prometió Zelda. —"¡Volveré antes de que te des cuenta!".

—"No puedo esperar", —dijo Avalon. Se levantó de la cama y observó cómo su compañera de habitación golpeaba con su varita las maletas, haciéndolas levitar detrás de ella y dirigiéndose a la puerta, con su equipaje siguiéndola de cerca.

Las dos chicas se apresuraron a llegar hasta el límite de los terrenos del castillo, donde se alineaban los carruajes tirados por caballos que subían a los estudiantes y los llevaban al Expreso de Hogwarts. Miraran donde miraran, había innumerables estudiantes que se amontonaban en los carruajes, sonriendo y saludando a sus amigos y compañeros mientras partían para las vacaciones. El aire estaba vivo con la alegría del receso invernal, pero Avalon no podía evitar sentir un pozo de vacío en el estómago mientras veía a sus compañeros alejarse del castillo en la comodidad de sus carruajes.

—" Te voy a echar mucho de menos", —dijo Zelda con un mohín antes de extender los brazos.

Avalon la abrazó y le dio un fuerte abrazo.— "¡Sólo es un mes! Te veré pronto. Que tengas las mejores vacaciones, ¿vale?".