Capítulo 42

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Una ligera e incómoda llovizna repiqueteaba sobre la suave y resbaladiza superficie de su cobertor camuflado que la resguardaba del frío y el agua. Tenía una sensación incómoda en la boca del estómago y sus nervios tan agitados como el clima.

Mientras intentaba darle sentido a sus emociones, Ava estaba acercándose al punto de encuentro acordado entre Patrick y Ember Kage. El alfa los había contactado casi a las seis de la madrugada, nada que especificara lo que iban a ser, solo órdenes precisas sobre qué debían hacer y dónde encontrarlo.

El sitio se reunión estaba ubicado en un punto aleatorio de una zona salvaje y solitaria lejos del territorio de la coalición pero en la periferia del territorio de los leopardos. Rodeados por matorrales de arbustos espinosos y árboles de copas anchas, desnudas y enmarañadas.

En la comitiva encabezada por su alfa que se esforzaba por caminar sobre el terreno rebosante de tierra húmeda y fango, estaba Marshall quien lo flanqueaba por la derecha -ya que Ava hacía lo mismo por la izquierda-, mientras que Dimael, Kenny, Douglass, Gabi, Rose y Byron iban detrás en una formación de abanico invertido para burlar cualquier ataque sorpresa desde todos los ángulos posibles.

La adición de último momento de su hermano no le sentó muy bien ya que Ava no estaba segura de cómo terminaría todo esto, pero Byron no dio el brazo a torcer, aunque aceptó el lugar como protector del alfa hasta que toda la operación concluyera.

Hasta el momento, sólo Dimael y Kenny eran los elegidos para acompañar a Ava y Marshall. Ava podía apostar que su hermano había intentado ganarse un puesto hablando con Patrick, pero por su ceño fruncido y su actitud cautelosa con ella, no había funcionado.

Internamente, agradecía eso. No podría hacer su trabajo con Byron expuesto y pisandole los talones, además, no quería verlo en un recinto de nuevo, no estaba segura si podía soportarlo y manejar la reacción de sus instintos.

Ahora mismo, sentía un miedo profundo y áspero, como un soplo constante de aire helado, ni siquiera la suave y cálida vibración del vínculo podía sofocarlo. Era una lucha que libraba por sí sola, pero sabía que Marshall estaba ahí donde nadie más podía estar, sólo el.

«Y estará en la línea delantera por mí» ella lo estaba empujando a un lugar que le provocaría pesadillas.

Su tigresa gruñó, su pelaje ondulando bajo la piel con inquietud.

Siluetas difusas comenzaron a correr a ambos lados, no había que echar un vistazo demasiado preciso para saber que se trataba de lobos. Ellos comenzaron a acercarse más una vez que llegaron a la gran carpa camuflada en el hueco libre entre un grupo de árboles de troncos leñosos. La entrada estaba resguardada por una enorme loba blanca y un musculoso puma.

Era un recibimiento extraño.

-Yo hablaré en mayor medida -Patrick les dijo-. Ava y Marshall lo harán si es necesario.

Y su mirada dorada recayó sobre ella. Ava asintió a medias, no podía asegurarle que mantendría a raya sus impulsos. Pero luego, el león alfa se movió y dejó a Marshall a la vista, la explosión de colores en sus ojos derramó una mirada suave sobre ella y al mismo tiempo, íntima, calentándola desde dentro hacia afuera. El lugarteniente se veía más peligroso de lo normal cubierto por el oscuro cobertor negro.

Una media sonrisa es lo único que obtuvo de él antes de que Patrick diera media vuelta y se acercara al lobo blanco.

Todos entraron en alerta.

-Avisale a Kane que el equipo de Gold Pride ya está aquí.

La loba le mostró los dientes, sacudió su espeso pelaje mojado y se puso de pie, su aullido fue corto y algo ronco. Hizo que los demás lobos que rondaban el área salieran a la vista, estaban rodeados y a los felinos no les agradaba eso.

Ruge por mí (Serie Gold Pride 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora