Muchos son los humanos que conocen esa leyenda: un hilo rojo indestructible que une a las almas destinadas a estar juntas.
Lo que no todos saben, es que se necesita que las dos almas se junten después de la muerte para poder trascender juntos al sig...
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El beso se mantuvo hasta que ambos se sosegaron, solo entonces se separaron un poco aunque Heechul se mantuvo aferrado al pecho de Siwon y aún con los ojos fuertemente cerrados. Quería creer que estaba allí seguro entre los brazos del más alto, y no perdido en aquel páramo infernal.
—Mi Heechul —susurró Siwon, su voz rasposa a causa del llanto, pero era su voz real, sin la estática de antes.
El mayor abrió los ojos, aunque los mantuvo entrecerrados y fijos en la ropa negra de Siwon, luego fue levantando muy lentamente la mirada hasta el rostro de Siwon. Allí estaba él, como siempre, ya no había rastro de la imagen tipo interferencia.
Sorprendido, volteó por fin hacia su alrededor, la mortecina luz rojiza había desaparecido, ya no había más viento infernal y, más importante, ya no habían almas en pena. Todo había desaparecido, había vuelto a la normalidad.
—Estás aquí, y estás a salvo —susurró Siwon, más para sí mismo, estaba tocando el rostro y el cuerpo de Heechul para asegurarse de que así fuera.
Pero Heechul volvió a romper a llorar, se enterró de nuevo en el pecho de Siwon, aferrándose a él con toda la fuerza que tenía.
—Tranquilo, está bien Heechul, estoy aquí, ¿qué ocurre? —pero Heechul no podía contestar, lloraba con demasiada fuerza.
Siwon estaba algo sorprendido no solo por el curioso hecho de ver a su alma destinada desaparecer, luego besarlo aunque fuera invisible y, al final, que volviera a estar entre sus brazos.
Lo que lo extrañaba en ese momento era que jamás había visto así a Heechul, él siempre era altivo, orgulloso y confiado. Ni siquiera en la primera ocasión, cuando lo vio con la esperanza reflejada en su rostro y él la destruyó cruelmente, aún entonces él había parecido más bien ofendido, no herido.
Pero eso era totalmente diferente, era como si Heechul no pudiera dejar de llorar ni temblar, y parecía que si Siwon lo soltaba, se desmoronaría por completo. Y Siwon se dio cuenta entonces que estaría dispuesto a todo con tal de evitar que eso pasara, lo protegería contra cualquier cosa.
Tuvo que pasar un tiempo bastante largo antes de que pudiera el mayor pudiera calmarse un poco, y aun entonces se negaba a soltar su férreo agarre sobre el cuerpo de Siwon.
—Ya, ya, tranquilo, está bien, estoy aquí —había estado susurrando cosas similares durante todo el tiempo—. Escucha, necesito decirte algo, necesito decirte que lo siento, lo siento realmente por haberte herido, por haber sido tan cruel y grosero.
Quiso alejar un poco a Heechul para hacer una reverencia como correspondía, sin embargo él se negó a soltarlo, se abrazó a él aún con más fuerza y movió la cabeza hacia los lados.
—No, no me importa, ese pasado ya no me importa. No después de lo que tuve que vivir. Lo único que quiero es que me mantengas así, abrazado y protegido, ¡no quiero volver allí nunca más!
