Capítulo 1.- Primer alma

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El cuarto de velación estaba tétricamente en silencio, un único llanto rompía el ambiente sepulcral que reinaba en el lugar, pero pareciera que nadie le prestaba atención, ningún adulto se acercó para indicar al joven que llorara más bajo pues pod...

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El cuarto de velación estaba tétricamente en silencio, un único llanto rompía el ambiente sepulcral que reinaba en el lugar, pero pareciera que nadie le prestaba atención, ningún adulto se acercó para indicar al joven que llorara más bajo pues podía importunar a los familiares en duelo.

En realidad, nadie ponía la más mínima atención al pequeño, como si no pudieran escucharlo, y eso lo hacía llorar aún más fuerte. Estaba sentado contra una pared, con las rodillas levantadas y la cabeza oculta en sus brazos recargados en ellas. Él estaba a un lado del ataúd que era velado en aquel momento, había dos mujeres arrodilladas delante de él, pero que tampoco le prestaban atención.

De pronto entró en la habitación una alta figura completamente vestida de negro, aunque lo llamativo era su sombrero, del cual colgaban muchos hilos negros creando un velo que ocultaba su rostro.

El ser pasó a un lado de las mujeres, que tampoco se percataron de su presencia, y se acercó hasta la foto y el nombre que coronaban el ataúd.

—"Lee DongHae" —leyó antes de girarse hacia el chico—. Ese debes ser tú, supongo.

Donghae lo había mirado desde que llegó, sorprendido. Cuando dijo su nombre se sorprendió aún más.

—¿Tú, puedes verme? ¿Quién eres?

La figura se quitó por fin el sombrero, sus movimientos tenían una ligera cualidad femenina en su cadencia. Quedó a la vista un rostro de rasgos finos y altivos.

—Claro que puedo verte, y mi nombre es Heechul —le extendió su mano para ayudarle a levantarse.

—¿Eres un, dios de la muerte? ¿Vienes por mí?

Heechul rio ante su comentario.

—¿Un dios de la muerte, qué clase de libros leías cuando estabas vivo? No, soy un alma, igual que tú, y he venido a ayudarte.

Donghae aceptó su mano y se levantó, pero en cuanto Heechul comenzó a caminar hacia la salida él se detuvo de golpe y jaló su brazo.

—Espera, no puedo irme.

—¿De qué estás hablando?

—Mi hermana, y mamá, ellas me necesitan —se lamentó, señalando a las mujeres aún sumidas en su propio dolor.

—Ah, eso es imposible, ya no es tu tiempo; además, ya no hay nada que puedas hacer por nadie de este mundo en tu estado actual.

—Entonces, ¿qué debo hacer? ¿Me iré al cielo, o..?

—No sé de ningún cielo o infierno. Como sea, lo que debes hacer ahora es buscar a tu alma destinada, aquella a quien estás atado.

Heechul señaló hacia la mano izquierda de Donghae: había un hilo de lo que parecía estambre, color rojo sangre, enredado desde su muñeca y entre sus dedos antes de caer hacia el suelo. Aunque el hilo desaparecía antes de tocar el suelo, el peso le hacía creer a Donghae que era mucho más largo, en efecto cuando lo levantó pudo notar que más hilo se hacía visible, como si solo se volviera transparente lejos de él.

Paint it black (SiChul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora