2.LAS COLINAS GEMELAS
A cada paso que me alejaba de la casita del viejo más me acercaba a las colinas, que más que colinas, parecían montes y me preocupaba que se me echara la noche encima en pleno prado. Además de no tener ni comida ni agua y obviamente tampoco un paraguas por si llovía. Cada rato se me venían a la mente los lindos rostros de mis hermanitas y mis padres. No paraba de preguntarme cómo estaban mis hermanas, y lo duro que me riñen mis padres si regresan a casa y no estoy con mis hermanas. Hambrientas y solas. Cada vez me daba más prisa al caminar hasta el punto de correr guiado por la desesperación y con lágrimas en los ojos. Pasó un tiempo y parecía que las colinas nunca llegarían. De tanto correr me agoté, me dio hambre y sed y por si fuera poco, ya empezaba a atardecer. Al mirar al cielo vi que el atardecer no era el que tenía acostumbrado; en vez de ser anaranjado era de color morado y las estrellas que se empezaban a mostrar eran de color verde.
¡ QUÉ BONITO ! Grité a todo pulmón, admirando ese cielo estrellado, ese grito me dio fuerzas y determinación para llegar a la falda de las colinas...
Nada más llegar me encontré una señal que ponía: << PELIGRO MONSTRUOS >>.
Pensé que podría haber zorros y la gente de aquí les temen, por lo que pensé en buscar algún sitio en el que refugiarme por la noche. Probé varios árboles pero obviamente no eran cómodos o suficientemente grandes como para dormir ahí. Por lo que después de un rato de descansar apoyado a un árbol rojizo decidí reanudar la caminata. Caminé hasta no poder más. Me ardían los pies y por suerte encontré un pequeño manantial en unas rocas donde el agua parecía pura. Cegado por mi sed opté por beber un poco y si al cabo de un rato no me entraba dolor de barriga bebería más. Descansé un rato en el manantial, la sed desapareció y el ardor de los pies se alivió un poco pero... seguía con mucha hambre y no sabía hacer fuego con dos palitos y mucho menos cazar. Me empezaba a adormecer hasta que de pronto escuché un ruido molesto entre la maleza. Me levanté e intenté desesperadamente ver dos palmos por delante pero la oscura noche no me lo permitía. Al poco tiempo dejé de escucharlo y enseguida una bola pegajosa de color rojo se me abalanzó seguido por otras cinco de diferentes colores. Me las saqué de encima lo más rápido posible. Cuando se separaron de mí, me empezó a doler el brazo en el que se pegaron esos asquerosos bichos.
¿Acaso esos son los monstruos a los que se refería el cartel?. Me alejé lo más rápido posible de esas bolas.
Después de correr por toda la colina evitando así a más de esas criaturas me encontré con un grupo de hombres. Los llamé a gritos. Cuando empezaron a acercarse me dí cuenta que no eran hombres... ¡sino duendes de un tamaño exageradamente grande! Éstos desenvainaron sus espadas desgastadas y sus mazos de madera. Enseguida que pude reaccionar corrí en cualquier dirección huyendo de esos horripilantes engendros verdes. Todos los duendes me perdieron el rastro menos uno. No había forma de evitarlo y cuanto más corría, más probabilidades había de encontrarme con algún otro grupo de monstruos, por lo que decidí dar un salto desde una roca empinada y con mi mano derecha agarrarme de una rama. Para cuando el bicho verde se paró debajo de mí, me solté cayendo encima suyo. Así logré desarmarlo, agarré su maza de madera y lo golpeé tres veces. Antes de poder golpearlo una cuarta vez, de su cuerpo salió humo. Su cuerpo y la maza desaparecieron. Y antes de disolverse el humo me pareció ver unas letras en él. Me acerqué rápidamente antes de que desapareciera. El mensaje decía:
Obtuvo +3 exp.
Enseguida me desesperé. ¡¿ Cómo que obtuve 3 de experiencia ?!, ¡¿ Acaso esto es un juego ?!, ¡¿ Estoy encerrado en un juego de aventuras ?!.
Me tumbé a llorar en el césped blanco; enseguida me oyeron los compañeros del duende que maté y vinieron a cobrar venganza. Me levanté de un salto y entre lágrimas entrecortadas me dispuse a correr una vez más. Cuando ya estaba cansado, sediento, hambriento y herido empezó a amanecer. Los duendes dejaron de seguirme y las bolas pegajosas empezaron a arder entre terribles chillidos. Entonces me dí cuenta que el único momento seguro en este mundo, era el día.
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THE RISE OF THE DEMONIAC EYE
FantasyYuki es teletransportado a otro mundo a través de la puerta de su habitación. Se encuentra en un ambiente hostil en el que debe luchar por sobrevivir. Además que los humanos de ese mundo lo repudiaran por tener un ojo demoniaco por poder llevar la...