11. VISIONES

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11. VISIONES


Empezaba a amanecer. El Sol se tornaba de un color blanquecino.

Eso es porque se aproxima el Invierno. -dijo Cakzy con un tono serio.


¿Todo bien? - le pregunté un poco desanimado.


¿Acaso no tienes miedo? - me preguntó.


Sus ojos se veían entre lágrimas y su voz estaba un tanto resquebrajada. Seguido se despertó Senia. Mientras estiraba y bostezaba preguntó sobre el tema del que hablábamos. Fue ignorada y Cakzy continuó.

¿Acaso no temes al propietario de la carta?


Me quedé en silencio.

Senia empezó a recoger algunas cosas.

Sí, tengo miedo. Esto es algo que uno nunca se espera. - dije levantando la cabeza y poniéndome en pié.


Pero ahora no es momento de deprimirse. Debemos ser fuertes y afrontar nuestros destinos.-dijo Senia metiendo los últimos objetos en la mochila.

Además, yo le protegeré señor. ¡Con mi vida si es necesario! - continuó halagando.


Senia tendió su mano a Cakzy diciendo que no me dejaría morir. Cakzy se levantó y nos dispusimos a retomar el camino hacia Layeca.

Pasamos medio día para llegar en el que no hubo mucha dificultad; no hubo monstruos ni bandidos. Tampoco caminos escarpados y mucho menos gases alucinógenos. Durante ese medio día lo único que se me venía a la mente eran los recuerdos que tenía con mis hermanas. No hablamos mucho y tampoco paramos.

Tras llegar al lado del muro que delimita los dominios podíamos ver que era la capital. Era más moderno que Ciry y cuatro veces más grande. No. Incluso aún más grande. Lo primero que nos interesó fue la tienda de armas. Entramos a cotillear lo que vendían. El escenario era sofisticado, buena luz y las estanterías se veían firmes. Nada comparado con las que estaba acostumbrado a visitar. Nuestra mirada se concentró en el mostrador, no había nadie. Senia preguntó por alguien con un grito sutil.

¿¡Hola, hay alguien que nos atienda!?


Una voz robusta sonó en la trastienda:

Sí, lo siento, denme un minuto si sois tan amables.


Poco después apareció por la puerta un hombre que era más fuerte que un golem. Tenía un gran bigote marrón. El hombre medía más de dos metros y tenía un sombrero que le cubría los ojos. Su ropa era muy simple: camisa blanca y pantalones negros. Su voz era muy grave.

El hombre traía consigo una caja.

Disculpadme, estaba reparando unas armas y decidí traer una mercancía para terminar de cubrir una parte de un estante.


No se preocupe. - dijo Cakzy


Enseguida soltó la caja y nos atendió. Pregunté por el objeto necesario para mejorar mi espada. Me respondió que necesitaba una botella con aliento de Kutro: un monstruo que aparece normalmente en las montañas nevadas. Por otro lado, mientras él se centró en atender a Cakzy, Senia dio una vuelta por la zona de amuletos. Me acerqué a ella y le pregunté cual le interesaba más.

THE RISE OF THE DEMONIAC EYEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora