9. CUEVA ONÍRICA
Al despertar noté como si estuviera en el cielo. Era cómodo. Pareciese que el árbol se hizo algodón. Obviamente no era eso. Al abrir los ojos, vi la cara de Senia. Me alteré y al levantarme de forma apresurada nos golpeamos las frentes. Ella gritó, más que por el dolor, fue el susto y yo la calmé. Le pregunté cómo fue que llegué ahí. Por lo que ella me respondió diciéndome que me colocó en su regazo para que estuviera más cómodo y no aferrado a un árbol. Le agradecí y se puso bastante roja, parece que era incómodo para ella. Para cambiar de tema le pregunté por la vigilancia y dijo que subió al nivel cuatro con varios monstruos. Decidimos ir a cazar y esa fue la peor decisión que tomé desde que llegué a este mundo.
Conseguimos madera y algunos conejos. De camino al campamento Senia divisó una fruta roja en la entrada de una pequeña cueva. Fuimos a recogerla y para cuando la arrancamos, el suelo se rompió en mil pedazos. Caímos en un aqüífero por lo que no recibimos muchos daños. Salimos del agua y buscamos una ruta de escape. Intentamos en contadas ocasiones escalar por donde caímos pero no había forma. Era muy empinado y resbaladizo así que desistimos. Nos adentramos en la cueva para buscar una mejor ruta de escape. Aparecieron algunos monstruos: Golems, Lobos de tierra, Plantas carnívoras y algunos limos.
Estaban a un nivel inferior al mío por lo que eran fáciles de derrotar. La mayoría son del elemento Tierra por lo que marea crítica les causaba daños severos. La planta carnívora y los limos eran del elemento Natura. La Estocada flamígera era mi mejor aliado. La compañía de Senia era de utilidad ya que poseía un poder de Fuego. Al ser denominada como una monstruo no necesita recitar el nombre del hechizo que quiere usar para activarlo por lo que es muy práctico y rápido. Así como nos adentramos en la cueva, encontramos varios minerales que pueden ser usados para forjar armas o colgantes mágicos además de mejorar equipamiento. Algunos eran pequeños así que sin la herramienta adecuada no podíamos extraerlos pero los más grandes salían de la pared sin mayor dificultad. También, cuanto más profundo mayores peligros. Tuvimos encuentros con Giga-entes que son Fuego, y con Serpentóxicas, que son de Veneno. Además su nivel empezaba a ser un poco mayor que el mío y los ataques de Senia empezaban a dar un poco de lástima. Para ese entonces subí al nivel 16. Le pregunté a Senia por su nivel y me dijo que estaba por el 13 y subiendo.
- ¡Guau! - exclamé sorprendido.
Era increíble, su nivel aumentaba muy rápido. Me preguntaba si era porque era una niña aún. Su altura no se movió pero su ropa empezaba a acortarse y quedar estrecha por algunas... zonas de su cuerpo. Al parecer los monstruos, al subir de nivel también crecen y maduran físicamente. Eso era un problema.
Los monstruos eran peligrosos, me quedaba poco MP y tuve que empezar a atacar cuerpo a cuerpo y sin hechizos para restaurar MP por si las moscas. Ella por el contrario parecía que aún le quedaba suficiente por lo que me apoyaba desde atrás con su magia de fuego. El cansancio se hacía notar en nuestros rostros y me preocupaba cómo podría estar Cakzy. Llegamos a una zona muy bonita de la cueva y no había monstruos. Parecía un bosque y era de día. Pero no estábamos fuera. Eran cristales luminosos en el techo. Encontramos las ruinas de lo que parecía una choza. Había árboles frutales y algunos peces en el riachuelo. El lugar era enorme. Podíamos descansar ahí para reponer MP y HP. Entramos a la casa en ruinas y había una cama y una cocina, la sala de estar y el comedor estaban completamente destruidos. Sacamos la cama y algunos muebles. Está claro que alguien ya estuvo aquí hace mucho. Decidimos investigar el lugar. Así como pasaba el tiempo los cristales se apagaban y cada vez había menos luz. Esos cristales hacían el ciclo de día y noche. Era muy bonito. Cogimos la madera e hicimos fuego. Cocinamos los conejos y comimos unas frutas de los árboles. Obviamente haciendo anteriormente el proceso para saber si es venenosa o no. Cada vez se veía menos. No podíamos bajar la guardia. De día puede que no haya monstruos pero de noche no sabíamos si seguiría la misma regla. Decidimos que yo dormiría primero ya que ella tiene mejor tolerancia pero estaba claro que Senia necesitaba dormir un poco también. Le dije que si ella necesitaba dormir, que me despertara y haría el turno de vigilancia. Me acosté en la hierba. Pasó un tiempo y no me había dormido del todo. Senia alzó mi cabeza, se sentó y usó sus piernas de almohada para mí de nuevo. Le agradecí por eso y me respondió:
- ¡Cómo no!, señor. - Mirando hacia todos lados de forma nerviosa.
Le volví a agradecer y me dormí poco tiempo después.
Los cristales empezaron a brillar de nuevo. Cuándo me desperté. estaba en el regazo de Senia y para mi sorpresa ella estaba dormida. Me levanté despacio para no despertarla y fuí al río a pescar algún pez. Hice fuego y cociné los pescados. Eran pequeños por lo que me los comí rápido. Dejé dos sin cocinar para cuándo se despierte ella. Ahora que lo pensaba... ¡porque no usamos la cama! Pudimos haber dormido cómodos.
Aunque ahora que lo pienso no creo que sea legal dormir con una chica que no lleva ni una semana con vida.
Mientras volvía a explorar toda la zona escuché un grito. Pensé que era Senia así que fuí corriendo a donde estaba durmiendo. Cuando llegué vi un ejército de esqueletos con espadas. Ella se acercó a mí y sugirió que nos retiráramos. Acepté esa proposición y nos alejamos de esa zona. De repente volvimos a ver el mismo ejército justo delante y empezaron a rodearnos.
- ¡Abramos una brecha entre ellos!. - dijo un poco exaltada.
Accedí y cuando fuí a agarrar la espada... ¡No estaba! Debí dejarla junto a la hoguera donde dormimos. Ella sin pensarlo usó un hechizo de fuego contra ellos pero no tuvo efecto.
- La magia es inútil, parece que los atraviesan sin causar daño. Señor ¿qué hacemos?.
- Enfrentarlos físicamente es una locura, son demasiados. - respondí con voz tiritante.
La cosa se ponía muy fea y decidí esperar para ver si encontraba una brecha. No tardó mucho y empezamos a tener algunos enfrentamientos contra los esqueletos que se acercaban más. En segundos ya era una batalla sin fin. Eran muchos, débiles, pero muchos y no parecía que fuesen a acabar. Entonces nos centramos en un punto y avanzamos mientras destrozamos esos huesos. Conseguimos crear una brecha e hicimos presión ahí. Recibimos daño pero logramos salir de esa emboscada. Por alguna razón no obtuvimos experiencia de todos esos seres esqueléticos. De repente los cristales lumínicos empezaron a parpadear y se apagaron. No veíamos nada. Al instante unos pocos se encendieron pero... ¡estábamos en la cueva! Los esqueletos habían desaparecido. La espada estaba tirada enfrente de mí. La tomé y la guardé.
- ¿Acaso fue un sueño, señor? - dijo con cara de preocupación.
- O más bien fue una ilusión. - le respondí un poco aliviado.
Al parecer ese oasis en mitad de la cueva era simplemente una ilusión creada por unos gases que se veían. Gases alucinógenos.
- Tal vez deberíamos apresurarnos en salir. - dije.
Ella no se negó y partimos. Batallamos contra monstruos de nuevo y cada vez eran más fuertes y más grandes. Mientras luchábamos contra un cíclope, tras derrotarlo un objeto pequeño fue disparado desde mis espaldas hacía mí. Seguido de eso oí a Senia gritar. Tras girarme vi que la parte superior de la camisa de Senia había volado por exceso de... eso. Enseguida ella no dudó en darme un golpe para que no la viera mientras seguía gritando y llorando. Me golpeó tan fuerte que caí al suelo. Junto a mí había el botón de la camisa de Senia. Parece que tendremos que ir de compras en la próxima parada. Al parecer Senia maduró físicamente con subir de nivel hasta el punto que su botón superior estalló dejando libres sus senos. Ella seguía gritando y llorando de vergüenza. Me quité el chaleco que llevaba encima de la camiseta y se la ofrecí a Senia sin mirarla. La recogió y me lo agradeció. Me pidió que la ayudara atando las mangas a su espalda. Tras eso ella se veía muy roja y yo obviamente, no era menos. De repente el techo se rompió por un trueno. Era Cakzy que parece que escuchó los sollozos de Senia. Cuando llegó me golpeó gritando:
- ¡Qué le estás haciendo a Senia maldito depravado!
No me dio tiempo a reaccionar pero Senia me protegió contándole todo. Tras arreglar los conflictos Cakzy se disculpó por golpearme. Acepté sus disculpas y salimos de la cueva escalando por los escombros del agujero que creó Cakzy. Después de eso Cakzy dijo que estuvimos desaparecidos dos semanas. Nos sorprendimos porque para nosotros fueron dos días. Al acabar de prepararse en el campamento lo recogimos y pusimos en marcha hacia el pueblo en el que ya deberíamos haber llegado.
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THE RISE OF THE DEMONIAC EYE
FantasyYuki es teletransportado a otro mundo a través de la puerta de su habitación. Se encuentra en un ambiente hostil en el que debe luchar por sobrevivir. Además que los humanos de ese mundo lo repudiaran por tener un ojo demoniaco por poder llevar la...