15. LORD KEIKE INDRA Y LA SEÑORITA ARIA INDRA

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15. LORD KEIKE INDRA Y LA SEÑORITA ARIA INDRA

A la mañana siguiente fuimos directamente al gremio. Ahí le dijimos que completamos la misión.

Quemamos los nidos de los hombres lagartos y derrotamos a su rey. - dije dándole el papel a la recepcionista.


A su rey debilucho. - añadió Senia.


La recepcionista mandó a unos guardias a comprobarlo. A las dos horas llegaron dándonos el permiso para ver al rey y marcaron la hoja.

Por aquí. - dijo un guardia dirigiéndonos hacia un carruaje.


Asentimos y fuimos con ellos. El camino parecía bastante tranquilo. El grupo de guardias estaba formado por cinco hombres y una mujer. De repente la mujer nos advirtió de un grupo de unos veinte trasgos. En poco tiempo aparecieron. La carreta que nos llevaba se paró en seco y los guardias se colocaron con una posición de ataque. La mujer empezó a hechizar un conjuro potenciador. Los hombres embistieron con fuerza contra ellos.

Lanza ígnea. - gritó uno.


Temblor. - Gritó otro, golpeando el suelo con una maza.


Mataron a la mayoría. Los pocos vivos huyeron hacia el bosque.

Se van. Bien hecho chicos. - dijo la guardia. - Retomamos el viaje. - fue interrumpida.


Al mirarla, sus compañeros se asustaron.

¡¡Está muerta!! - gritó uno.


Enseguida él también murió, aplastado por una roca gigante. Retumbando el suelo, entre los árboles, apareció un Goblin de tres metros. Nosotros tras ver eso decidimos salir de la carreta.

Cakzy paralízalo. - ordené.


A sus órdenes. - respondió.


¡Senia te toca! - Grité.


Estoy en ello, mi señor. - dijo abalanzándose sobre él.


Enseguida saqué el arco y le disparé con el hechizo: Dardo eléctrico. Le di de lleno. Y lo hechizó de nuevo. Senia, por su parte, con su cola usó su Impacto devastador saltando hacia su cabeza. Tras golpearlo Senia, el grandullón desfalleció. Cakzy se deshizo de Presa.

Bien hecho Yuki. - me premió Cakzy.


Gracias Cakzy. Bien hecho las dos.


Mi señor, ¿qué hacemos con los fallecidos? - preguntó Senia


Muchas gracias. No habéis salvado. - dijo un guardia.


No hay de qué. - dije enfundando el arco.


¡¡Está viva!! - gritó otro guardia levantando a la mujer.


Enseguida me acerqué y le dí una poción sanadora. Senia, al verla tan mal, también le dió la suya.

Muchísimas gracias. Sin vosotros la princesa ahora estaría muerta. - dijo el guardia entre lágrimas.

THE RISE OF THE DEMONIAC EYEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora