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—Roberto, te mato —murmura Jordi al ver la historia de Gavi. En el saludo de Sergi, estaba una foto en la que salían agarrados de la mano.

—Pero, amor… —trata de decir Sergi.

—No —niega Jordi—. Andate con Gavi, lo mirás mejor a él que a mí.

—Jor, no te pongas así, con Gavi no pasa nada —dice su novio.

—No sé, no sé —dice Jordi y lo mira mal—. Andate con Gavi —repite.

—Pero —susurra Sergi.

Jordi rueda los ojos, escuchando la discusión de Gavi y Nico, y el 20 lo mira.

—Amor, por favor —dice.

Jordi, sin prestarle atención, llama a Nico.

—Che Nico, ¿querés ir a comer algo después? —Pero Nico, peleando con Gavi, no le presta atención.

—Ya te dije miles de veces que no tengo nada con Sergi, Nico —le dice Gavi, de nuevo.

—No parece, Gavira, no parece —niega Nico.

—Nico, es mi cumple, me estaba saludando, es una simple foto —dice el menor.

—Estaban agarrados de la mano en la foto. —Nico se contiene para no levantarle la voz.

—¿Y vos? Vos te la pasás con Eric abrazándolo en todos lados y nadie te dice nada —dice Gavi.

Nico rueda los ojos.

—No lo quieras negar porque ambos sabemos que es totalmente cierto y no descarto que me engañes con él. Y como es mi cumpleaños te pido por favor que no me cagues el día. —Gavi estaba lo siguiente a enojado y no le gritó porque contó hasta 10 en su mente. Sin más se fue.

—¡NO TE ENGAÑO CON NADIE! —le grita Nico porque ya estaba lejos y estaba enojado con el menor.

Gavi lo mira por última vez y se va del entrenamiento, ¿justo hoy tenía que pelearse con él? ¿Justo hoy que lo necesitaba más que nunca?

Nico se tapa la cara.

—¿Por qué siempre hago todo mal? Nunca dejo de cagarla, y es su cumple encima, la puta madre —dice.

—¿Qué pasó? —susurra Eric, acercándose, pero Nico no le contesta. Por su culpa se habían peleado—. Ey, tranquilo, es normal sentir celos —susurra—. Pero Gavi te ama, Nico. Al menos no como Ferran a mí, hace una semana no me habla, ni me dirige la mirada ni nada, supongo que ya se cansó de mí. —Eric lo abraza—. Vos estás a tiempo —dice sonriendo—. Comprale varios regalos o invitalo a festejar su cumple, eso ayudará.

—¿Cómo que no te habla? —pregunta Nico.

—Ya no importa, tarde o temprano se iba a dar cuenta que no me amaba o que ya lo cansaba. —Eric se encoge hombros limpiándose una lágrima—. Pero bueno, andá, dale, recuperalo.

Nico lo mira.

—¿Con tanta tranquilidad lo tomás? Andá a hablarle, boludo —dice, rueda los ojos y se va.

—¿Para qué? Si no me habla —suspira Eric y se va también, aunque en el pasillo se chocó contra alguien cayendo al piso.

Malos Entendidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora