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—Yo no puedo seguir haciendo como que no pasa nada, Nicolás, hace dos días que no sé nada de él —dice Ferran, caminando de un lado a otro.

Nico suspira. Él tampoco podía hacer como que no pasaba nada, no ahora. Gavi se acerca a Nico y lo abraza. Nico le corresponde.

—Yo no me puedo quedar acá. —Ferran agarra sus llaves y se va.

—Ferran, ¿qué hacés? —le pregunta Nico.

—Nico, yo no puedo quedarme de brazos cruzados esperando a que Eric quiera venir. —Ferran niega—. Me voy a buscarlo.

Nico suspira y deja que se vaya.

—Apenas lo vea lo voy a matar —dice Ansu y también agarra sus llaves—. Estoy cansando de que siempre se comporte como un nene de 5 años, ya tiene 21. A veces pienso que Gavi es más maduro que él. —Ansu se va de la casa de Nico.

—No sé si ofenderme o no —comenta Gavi.

—Tiene razón, igual —dice Nico y se tapa la cara—. Vos con 18 ahora pensás dos veces antes de hacer las cosas y Eric no.

Gavi se sienta, y Nico apoya su cabeza en el pecho de su novio.

—Dónde mierda estás, Eric —susurra, y su novio lo abraza—. Tengo miedo, Gavi.

—¿De qué? —susurra Gavi.

—¿Y si le pasó algo? —susurra Nico.

Gavi se muerde el labio.

—No sé —susurra—. Pero seguro que no. —Quiere creer que no pasó nada.

Nico se acurruca aún más contra él, y Gavi lo acaricia y le da un pico. Cuando el mayor sonríe, el sevillano lo besa algunas veces más.

—Tranquilo, ¿sí? Él está bien —susurra contra sus labios.

Nico asiente y lo sigue besando.

Malos Entendidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora