"Sólo un día"
Les cuento, lunes y martes mi vida fue normal, ya saben, ir a la escuela e irme a casa. Ayer martes, estuve buscando al supuesto imbecil escondido de la carta, pero no tuve ni la menor idea de quién fuera, se lo dije a Billy y si respuesta fue "Tal vez Robin Arellano está enamorado de ti".
— ¿Y qué haremos mañana? — preguntó Eddie saltando a mi cama.
— No lo sé, ¿Qué quieres que hagamos? — pregunté.
— Se supone que tú decides eso, es tu cumpleaños — dijo Eddie.
— Lo sé pero, no sé qué hacer y a ti, sé te ocurren ideas increíbles — dije.
Hoy era miércoles por la tarde, Billy me dijo que me llamaría a las doce. Obvio se qué es temprano pero, no sé, simplemente espero que las horas pasen rápidamente para escuchar su voz...mejor dicho, voz de idiota, si eso.
— ¿Por qué tienes el teléfono en tu habitación? — preguntó Eddie.
— Porque...son mis nuevos adornos de mi habitación — dije.
— Mientes, alguien te llamará y apuesto millones a que ese alguien se llama Billy — dijo Eddie.
— No sé qué comes que adivinas, convida un poco — dije.
— Sabes que el te dará algo, ¿cierto? —dijo Eddie.
— ¿Qué? ¿Me comprará algo?, ¿El te lo dijo? dime todo lo que sabes — dije.
— No, solo espera a mañana — dijo Eddie.
— Te odio —dije.
— No es cierto, me amas —dijo Eddie.
¿Regalo? ¿algo para decirme?, no quiero hacerme ilusiones, Dios no juegues con mis sentimientos, recuerda que soy tu hija.
[...]
Narra Billy
Me encontraba frente a mí espejo practicando, se preguntarán ¿para qué?. Bueno, les confesaré algo, vacaciones de verano, golpeé a una chica con un periódico y esa misma comenzó a trabajar conmigo, aquella linda chica se llamaba Rory Grimes...la odio, la odio porque durante las vacaciones me hizo sentir muchas emociones por ella.
Odio que ella puede sacarme una estúpida sonrisa por cada o mínima cosa que diga, es un gran persona, tal vez siempre peleemos o nos insultemos pero...como dicen todos, "los que pelean se aman" no sé si ella me amará o no, pero yo sí, esa estúpida chica se robo mi corazón sin permiso alguno, ese es una de las razones por las que la odio...¿Qué me hiciste chica de los periódicos?.
Como saben, mañana es su cumpleaños y ahora mismo estoy practicando para decirle todo lo que siento, o bueno, la mitad de lo que siento ya que le di una carta...pero anonimamente. En un rato iría a comprarle algo, no iba a caer con las manos vacías o ¿no?, mi madre sabe sobre mis sentimientos y me ayudó un poco, te amo mamá.
— Entonces quiero decirte que, perdí la apuesta. Me tienes como un estúpido repartidor que está enamorado de ti — dije —
Mmm, un poco mejor.
Fui a mi armario y saqué mi alcancía, dios mío, tendré que sacar a mis bebés de aquí por una chica, lo siento.
Luego agarré mi abrigo, y salí de mi habitación para buscar a Max e irnos por el regalo.
— Max, ven. Vamos a pasear un momento — dije.
— ¿Vas por el regalo? — preguntó mamá desde la cocina.
— Así es, vuelvo en un rato mamá — dije y salí.
Tomé mi bicicleta y comencé a pedalear para los locales, ¿qué debería comprarle? ¿medias? ¿perfumes? ¿muñecas? ¿comida?.
Dejé tirada la bicicleta ahí y entré al primer local que vi, al parecer una joyería.
— Hola joven, ¿qué se le ofrece? — preguntó un señor muy amigable.
— Bueno yo...yo, es decir mi amiga, bueno no lo sé. Busco un regalo para alguien — dije.
— ¿Buscas regalo para tu novia? — preguntó.
— ¿Qué? emhm, sólo busco un regalo. ¿Qué podría darle? — pregunté.
— Ven , sígueme — se puso detrás del mostrador y comenzó a sacar collares —
Había una que me llamó la atención.
— ¿Es un sol? — pregunté.
— Sí, es muy lindo ¿no? — me dio el collar para que pudiera verlo mejor.
— ¿Y cuánto cuesta? — pregunté.
— Cincuenta — dijo con simpleza.
— ¡¿Cincuenta?! sólo tengo veinte dólares — dije.
El hombre miró para todos lados para luego mirarme a mí y acercarse un poco.
— Bien, haremos esto. Te lo llevas a veinte dólares pero en las vacaciones de invierno me pagas el resto — dijo.
Gracias dios, mi salvación.
— Gracias, gracias. Le prometo que le pagaré, hasta luego — dije.
— ¡Suerte con la amiga novia! — gritó el hombre.
Me fui hasta mi bicicleta y subí de lo más contento.
— Max vamos, hoy es un gran día — dije.
Mientras pedaleaba hacia mi casa, una camioneta negra estaba estacionada a un costado. De ella salió un hombre, al parecer se golpeó y se cayó, así que rápidamente me fui ayudarlo.
— ¿Esta bien? — pregunté ofreciéndole mi mano para levantarse.
— Oh sí, solo me caí. Que tonto soy— dijo.
Dentro de su camioneta habían globos negros.
— ¿Esos son globos negros? que geniales se ven— dije acercándome un poco.
— ¿Cierto? si quieres te doy uno, espera un momento — dijo.
Miró hacia todos lados, luego abrió la puerta y sacó los globos, antes de agarrar uno el hombre me acorraló con sus brazos en mi cuello. Sentí algo en mi boca, algo realmente asqueroso, algo que hizo algún efecto raro en mí , este es mi fin, el raptor me tiene.
[...]
Las doce, bueno, doce y media. Su llamada no me llegó, y me puse...¿decepcionada? ¿triste? no lo sé, odio estos sentimientos que siento desde que lo conocí.
— ¿Por qué me haces esto Billy? — pregunté mirando al techo.
