"Te encontraré"
íbamos de regreso a casa, estaba un poco enojada, triste y preocupada. Billy no me llamó, hoy no fue a la escuela ¿a dónde estás Billy?.
— De seguro de durmió o se enfermó — dijo Eddie.
— No lo sé...— dije.
Mi mirada se concentraba en el piso, me encontraba perdida en mis pensamientos. ¿Le pasó algo? ¿Me odia? ¿Qué hice? ¿Le hicieron algo?.
— Eddie, ve a casa. Yo iré a casa de Billy, solo para ver si se encuentra bien, ve con cuidado y no le hables a nadie que no conozcas — dije.
— ¿Aunque se está muriendo? — preguntó.
— Depende, pero no hables con nadie — dije.
Comencé a caminar más rápido, como recuerdan no quedaba muy lejos. Cuando llegué a su casa, hice tres golpes en la puerta esperando que alguien me abriera y así lo hicieron, su madre salió.
— Hola señora Sarah, ¿cómo está?. Bueno yo, quería preguntarle sobre Billy, ya sabe...hoy no fue a la escuela y anoche íbamos hablar pero no lo hicimos, ¿se encuentra bien? ¿está enfermo? o....
Me detuve en mi charla, su madre se encontraba cubriendo su boca con la mano. Y lágrimas ensuciaban su rostro de repente, ¿por qué lloraba? ¿dije algo malo? ¿vine en mal momento?.
— Lo siento, yo...¿se encuentra bien? ¿qué sucede? — pregunté.
Se abalanzó sobre mí abrazándome y llorando sobre mis brazos, dejándome totalmente muy confundida. Cuando iba hablar ella me apretó más a su abrazo y comenzó hablar.
— Billy ayer salió a comprar algo, estaba tan contento cuando se fue. Pero, cuando vi la hora era demasiado tarde, salí a buscarlo y encontré a Max y su bici tirada en la calle, lo reporté con la policía y comenzaron a buscarlo pero nadie lo encuentra aún...mi bebé desapareció y no sé quién se lo llevó — dijo Sarah con su voz totalmente quebrada al igual que su llanto.
Yo estaba quieta, sin movilidad alguna, mi cabeza en blanco y un nudo que apareció en mi garganta, ese nudo cuando sientes y quieres llorar demasiado sin importar el qué, pero no puedes desatarlo porque duele, duele mucho.
Lo único que pude hacer fue abrazar fuertemente a Sarah y comenzar a consolarla, perdió a su hijo a quien ella tanto ama y adora.
Para otros perdimos a un gran chico del vecindario, para mí...perdí a una gran persona muy importante que se ganó mi corazón, Billy.
Cuando vi que la madre se Billy se encontraba un poco mejor, decidí irme a casa. Necesitaba procesar toda aquella información que mi cabeza no pudo aceptarlo en ese momento, necesitaba desahogarme, necesitaba gritar a toda fuerza, necesitaba que esto solo fuera un estúpido sueño o un estúpido chiste, necesitaba que Billy estuviera a mi lado.
Cuando llegué a casa subí rápidamente las escaleras para llegar a mi cuarto y encerrarme en él, no quería hablar con nadie, ni siquiera con Eddie, quería estar sola en mis pensamientos.
Al llegar a mi cuarto Eddie me vio, su cara era de confusión. Lo vi de manera rápida y cerré la puerta fuertemente para luego ponerle seguro, alguien dio leves golpes en ella.
— Rory, ¿qué pasó?. ¿Billy dijo algo feo? ¿Está bien? — preguntó Eddie.
— Vete — dije.
— No, abre la puerta — trató de abrirla pero obviamente no pudo — Rory, abre la puerta.
— ¡Vete! — grité.
