Capitulo 4

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Eve Hill era inglesa, nació en Inglaterra y cuando tenía cinco años de edad sus padres decidieron buscarse una nueva vida en México, olvidándose completamente del continente Europeo.

Willy Hill había recibido una pequeña herencia por parte de su madre, por disputas familiares optaron por vender la empresa que tenían y dividir el dinero en partes iguales, pero eran ocho hermanos y lo que recibieron fue muy poco para que Willy pudiera emprender por él solo en Inglaterra, así que antes de mudarse a México estudió el mercado mexicano y cuánto aumentaría su dinero en ese otro país, por eso en menos de un mes y sin dudarlo tomaron a su única hija y migraron a México, en dónde su dinero se triplicó y les pareció que su nueva vida en tierras mexicanas prometía ser posiblemente desahogada.

En México con ese dinero fueron ricos, compraron una enorme casa, un auto nuevo, Willy Hill hizo inversiones y su pequeña fortuna se fue haciendo más grande, comenzó a hacer algunas amistades en su nueva ciudad y tanto él como Beth su esposa comenzaron a tomar clases por las tardes para hablar español, mientras que la pequeña Eve tomaba clases en casa por la mañana, ya que solo hablaba inglés y relacionarse con niños nativos y maestros se le hubiera hecho condenadamente difícil comunicarse con ellos, por eso su padre no dudo ni un segundo en que su hija tuviera una institutriz bilingüe que pudiera enseñarle tanto el español y las materias que vería en su nueva escuela.

Eve paso poco más de un año con su maestra particular y aún así le costó mucho trabajo poder hablar el castellano, escribirlo y hacerce entender por sus compañeros que se burlaban de ella cuando no podía pronunciar bien una palabra e inevitablemente terminaba diciéndola en inglés y esto los hacía matar de la risa a todos, haciéndola sentir fuera de lugar en la escuela y en todo lo que le rodeaba, extrañaba a sus amigas de Inglaterra y aunque nunca se quejara de haberse mudado, secretamente lloraba por las noches.
Pero el tiempo paso y Eve se acostumbro a su nueva vida, aprendió hablar casi a la perfección el castellano a diferencia de sus padres que no podían dejar de lado su acento y que no pronunciarán bien las palabras, pronunciar la letra “r” les era difícil y sonaba deficiente en sus labios, pero aún así se hacían entender.

Eve creció y se convirtió en una mujer hermosa a su manera, era rubia, de ojos verdes, de estatura mediana, delgada, caderas estrechas y pocos senos, su infancia y adolescencia habían sido difíciles, pero había sobrevivido, tampoco es que su vida ahora como adulta fuera fácil, pero era mejor de como cuando era una niña o adolescente.

Desde que Eve dejara de ser un niña y se convirtiera en una adolescente de dieciocho años, sus padres como la pareja extraña que eran, comenzaron a viajar por cada parte del país o del mundo si se les daba la gana sin que su hija se convirtiera en un impedimento, pues sabían que era responsable a su corta edad y no temían dejarla sola en casa al cuidado de las empleadas, Eve se había acostumbro a ello, pero en algún momento por tratar de encajar con sus compañeros de estudios, como toda adolescente que muere por engranar, cada que tenía casa sola invitaba a sus compañeros de clase a fiestas para después intentar ligar con algún chico que solo la besaban cuando estaban pasados de copas tratando de inmediato de llevarla a una habitación para tener sexo con ella, pero Eve no cedió al menos al principio en el que pensar en estar con otra persona completamente desnuda e indefensa le daba miedo.

Pero a la edad de veinte años perdió su virginidad tras haber bebido dos copas de alcohol para tener valor de hacerlo con el chico supuestamente más guapo y del que la mayoría de sus compañeras de clase morían por estar con él, más sin embargo él se decanto por ella y en cuanto se dio cuenta de que Eve estaba un poco acalorada por la bebida, la llevo a una de las tantas habitaciones de la casa. Eve agradeció que no fuera en su cama en dónde perdería su virginidad. En cuanto la puerta de la habitación se cerró el chico se le lanzó a besos acalorados y presurosos, mientras ella trataba de sentir algo por esas manos que comenzaban a tocarla con todo menos con tacto y delicadeza, el beso la dejo sin aliento y con saliva con mal sabor del chico en cuestión, quién la empujó sobre la cama, le bajó las bragas y le levantó el vestido hasta las caderas, Eve sintió que se moría de la vergüenza, pero la luz  estaba apagada y agradeció el hecho de que él no pudiera verla completamente, Eve escuchó como él se aflojaba el cinturón de sus pantalones, se desabotonaba el pantalón y se bajaba la cremallera, deslizando un poco sus pantalones para que su miembro erecto saliera.

Entre las flores (En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora