Capitulo 12

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Su beso sabía a deseo, sabía a un deseo nunca antes experimentado en Valeria, aquello era más que solo un simple deseo, en ese beso había amor, era una mezcla perfecta de amor, deseo y pasión.

—¿Qué hora es? — pregunto Valeria jadeante cuándo se apartaron para tomar aire.

—¿Coges con la hora? — se burló.

La manera en que dijo aquella palabra vulgar, desconcertó a Valeria, pues no esperó escuchar semejante palabra de Cara, quién le sonrió maliciosamente y le acarició el rostro cuidadosamente con las manos.

—Es que existe el horario familiar y no espere que dijeras esa palabra.

—Umm creí que no eras de las cursis — sonrió casi perversa —. ¿y el sexo de las cuatro de la mañana que tipo es?

—Mi pequeña dama, solo contigo soy cursi, tonta y estúpida. A  esta hora se le denomina el mañanero.

—¿Hay alguna diferencia entre los demás?

—Yo que te puedo decir ¿Si gustas puedo ayudarte averiguarlo?

—¿Ya no estamos tímida? — la chincho.

—No quiero que pienses lo equivocado de mí. Contigo quiero ser diferente.
—Ya lo has hecho, ya me tienes.

—Mas bien eres tú la que me tienes justo aquí — dijo  Valeria tomando la mano de Cara, señalando con su dedo índice el centro de su palma —. No sé que hiciste o como le hiciste, pero estoy perdidamente enamorada de ti, Cara. Te quiero — al decir estás palabras el corazón de Valeria comenzó a latir más rápido, aquellas palabras brotaron sola de sus labios, porque lo sentía y no podía contenerlas por más tiempo dentro de ella.

Cara miro como Valeria se sonrojaba al decir estás palabras, mientras sentía que en esa silenciosa habitación parecían estar muy apartadas del mundo y de la gente, Cara se sintió en un universo perdido solo con Valeria, quien la miraba a los ojos y en ellos vio que sus palabras le daban miedo por ser la verdad de sus sentimientos, Cara sabía que personas como ella solo decían tales cosas cuando las estaban sintiendo verdaderamente, pero esa sinceridad también podía ser letal, que también sus palabras podrían llegar a herir y hacer sentir mal, que serían igual de potente como decir te quiero, pero procuraría nunca llegar a esos extremos, Valeria también la tenía en sus manos y no la creía capaz de lastimarla, de eso estaba totalmente segura al verla a los ojos.

—Yo también te quiero — confesó Cara.

—Y yo quiero hacer el amor de ahora en adelante, contigo. Solo contigo — la voz de Valeria fue solo un susurro que hizo estremecer por completo el cuerpo de Cara.

Sin dejar de mirarla a los ojos, Cara se sentó ahorcajadas sobre Valeria para enseguida fundirse en un beso cargado de sentimientos más profundos, está vez había te quieros de por medio, se habían confesado lo que sentían la una por la otra, pero más allá de las palabras, entre ellas ahora o quizás poco antes creció algo inefable, tenerse cerca era como sentir alivio en el alma, saber que los sentimientos eran mutuos las llenaba de tranquilidad, que el tiempo compartido había valido la pena y deseaban compartir algo más que horas de compañía, estaban deseando compartir lo bueno y lo malo de ellas.

El beso las volvió a dejar sin aire, pero Cara descanso su frente en la de Valeria mientras se miraban a los ojos, al tiempo que una agradable ola de calor comenzaba a acumularse bajo sus vientres, Valeria tomo a Cara por la cintura y la estrecho contra su cuerpo erguido sentado sobre la cama, ambas temblaron ante el gesto apasionado y amoroso, Cara llevo sus brazos alrededor del cuello de Valeria y pego su rostro a su pecho, en dónde la veterinaria comenzó a dejar pequeños y dulces besos, mientras que Cara cerraba los ojos disfrutando de la cálida sensación de los labios de Valeria, poco después las manos de la veterinaria se deslizaron por la espalda de su novia y acaricio despacio sus costados, al tiempo que Cara no dejaba de instar a qué siguiera besando su pecho.

Entre las flores (En Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora