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Narrador Omnisciente
Mientras Osvaldo se bañaba, Samantha pedía la cena.
Ambos habían llegado tarde al hotel y el dia de mañana ya tendrían que regresar a Monterrey.
Planearon hacer un Stream sobre apuestas en casinos virtuales, además tendrían que arreglar sus cosas para poder irse a España.
En ese mes tenían demasiadas cosas planeadas todos juntos.
Samantha se sumió en sus pensamientos pensando otra cosa importante para ella, era poder hablar con Rocio, esta se había metido en un pequeño y secreto problemita.
Y solo Rivers tenia conocimiento de ese problemita, aun que ya había hablado respecto a ese tema con Rocío, aun no lo dejaba del todo.
Un timbre la saco de sus pensamientos.
El teléfono de la habitación estaba sonando, avisándole que la cena ya estaba en recepción.
─ ¿La podría subir a la habitación 312? ─ Preguntó hablando con el recepcionista.
A los pocos minutos se escucharon tres golpes en la puerta, Samantha salió a abrir la puerta.
Tomo la comida, le dió las gracias al botones y cerró la puerta com el pié, dándole un leve empujón.
─ Mojón no sabía que querías comer as... ─ Se calló de inmediato.
Osvaldo estaba solo con la toalla enrollada en la cintura.
Rápidamente se dio la vuelta con la comida en manos.
Su rostro estaba completamente rojo de la vergüenza.
─ Rivers, ay lo siento, yo creí que ya te habías ido ─ Dijo Osvaldo mientras se cambiaba rápidamente.
─ Ya, ya puedes ver ─ Le dijo, acercándose a ella.
─ Pedi la cena ─ Dejo la bolsa de comida en la cama y se alejo de Osvaldo.
La vergüenza la carcomia y su rostro aún estaba completamente rojo.
─ ¡Ya pervertida! ─ Le grito Osvaldo.
─ Ni creas que me vas a ver como dios me trajo al mundo ─ Volvió a hablar.
Haciendo reir a Rivers.
─ Ya mojón, no te burles ─ Samantha se sentó junto a su novio, no novio y ambos empezaron a comer.
Ya mañana en la tarde se irían nuevamente a Monterrey, así que esa noche la aprovecharía para poder dormir.
Al terminar de comer, Osvaldo fue quién tiro las cosas a la basura y Samantha buscaba algo de ropa para poder bañarse.
Entró al baño y lo cerro con seguro, era una de sus locas costumbres, así también lo hacía en su departamento y en casa de sus padres.
Paso unos 30 minutos bañándose y salió ya cambiada.
─ Lista pa dormir ─ Preguntó Osvaldo acostandose en la cama.
No estaban cansados, pero como mañana tomarían un vuelo, necesitaban descansar un poco.
─ No, deja que se seque mi cabello ─ Respondió Samantha sacandose la toalla, para poder secarse los cabellos.
─ A ver, ven ─ Le dijo Osvaldo, haciendo que se sentará en la esquina de la cama.
Osvaldo empezó a secarle el cabello con cuidado, partió en tres partes y empezó a secar cada parte.
Hasta que estuvo casi seco, tomó los cabellos de la nuca y sin querer rozo las yemas de sus dedos en el cuello de Samantha.
Haciéndola estremecer y soltando un suspiro.
Osvaldo volvió a hacer el mismo moviendo.
─ Ya mojón ─ Le susurró Samy con nerviosismo.
─ Que pasa Samy, ¿Nerviosa o qué? ─ Le susurró de vuelta cerca del cuello.
─ No me llames así ─ Le regaño, volteando su rostro.
Quedando a milímetros.
─ ¿Como quieres que te llamé? Mi amor, cariño... ─ Le volvió a susurrar en el cuello.
─ Ya... ─ Volvió a decir, pero esta vez en un suspiro.
Osvaldo comenzó a masajear los hombros de Samantha con cuidado.
Los nervios de Samantha eran notorios, internamente quería alejarse, pero su cuerpo se lo negaba.
─ Osvaldo ─ Le era difícil respirar, sus pulsaciones estaban por los cielos.
Tan solo bastó esa palabra para que Osvaldo la besará.
Y no la soltará de los hombros, profundizando el besó.
Era la primera que se besaban de esa forma.
Y a decir verdad a ambos les gustaba.
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Siento que voy a reprobar Biología.
Ayuda :(
Si les parece incómodo el momento que me saque de la mente, díganme, no quiero incómodar a nadie.
