─ ¿Cómo te sientes? ─ Preguntó Osvaldo, masajeando los hombros de la rubia, que recién acababa stream.
─ Fatal, ta no puedo más con esto, siento que voy a explotar un día de estos ─ Dije, recargandose al pecho de Osvaldo, que seguía dándole masajes.
─ Los entrenamientos a esconidas, lo de la Kings, se viene lo de las Queens. Ari y Ama que siguen con hacernos una cita a Felix y a mí ─ Suspiró mientras dejaba suaves gemidos de satisfacción al sentir sus hombros un poco menos tensos.
─ Es algo incomodo Rivis, estar con Ari y Ama, la mayoría de sus platicas se basa en Felix ─ Murmuró el de lentes dejando de masajear los hombros de su novia, mientras la acunaba en sus brazos.
─ Si, Felix ya me lo ha dicho varias veces, por que crees que siempre trata de irse antes de que lleguen ─ Rivers se dio un medio giro, para quedar arriba de Osvaldo y abrazarlo.
─ Te invito a cenar ─ Propuso Osvaldo, acariciando los rubios cabellos de Samy.
─ Estoy muy cansada ─ Dijo ella tristemente, hacia mucho tiempo que ambos no salían solos.
No como antes; iban al supermercado juntos, dormían juntos, comían juntos, perdieron muchas costumbres.
─ Yo te prepararé la cena bella, tu date un baño para que duermas cómoda y te haré una sopa ─ Dijo Osvaldo, dejando un beso en la frente de Samy. Se levantó de la cama con ella en brazos.
Y la llevo hasta el baño, se arrodilo y la dejo sentada en el retrete.
─ Gracias ─ Murmuró Samy, robandole un suave beso en los labios.
Ella se metió al baño y Osvaldo se fue a la cocina.
Comenzó picando las verduras; papas, zanahorias, calabazas, cebolla, después puso los fideos para agregarle una salsa en botella.
Así mantuvo la cocción de la sopa durante unos treinta minutos y al apagar la estufa fue en busca de su adolorida novia.
─ Me duelen las costillas ─ Se quejó cunado Osvaldo accidentalmente, la tomó con fuerza de la cintura.
─ Perdón ─ Se disculpó. Samy enrollo sus piernas al rededor del torso de Osvaldo y este la llevó hasta las sillas altas de la barra de la cocina.
─ ¿Quieres torillas? ─ Preguntó señalandole el paquete de tortillas.
La rubia negó, pues curiosamente el entrenamiento la dejaba sin apetito.
Osvaldo dejo el plato con verduras y fideos frente a ella, comieron entre platicas sobre el viaje de Rivers la proxima semana y suaves caricias por parte de Osvaldo, aliviando el dolor físico de Samy.
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─ ¿Llevas todo? ─ Osvaldo reviso por tercera vez los documentos de Rivers.
─ Si, todo, todo ─ Contesto ella, checando la cámara que llevaba.
