Anonimo

3.9K 147 9
                                    

Narrador Omnisciente

— Ya es la tercera — Dijo Rocío asustada.

— ¡¿Por que no me habías dicho antes?! — La regaño Samantha tomando las fotos.

— Porque tenía miedo, creí que eran enviadas por Diego y que solo las enviarían una vez — Dijo Rocío moviendo

— ¿Entonces son enviadas por el? — Preguntó Samantha volviendo a ver las fotos.

— No lo sé, no lo sé, no me responde las llamadas ni los mensajes... No se que hacer — Dijo mientras soltaba un suspiro de frustración.

— ¿Y si Alana ya lo sabe? — Murmuró preocupada la castaña.

— Lo de ustedes fue antes, ya no han tenido encuentros de ese tipo — Dijo Samantha.

El silencio se hizo presente en la habitación y los nervios de Rocío se hacían presentes.

Su respiración era agitada, sus manos temblaban, dando una señal que tendría un episodio de ansiedad.

— Rocío... — Susurro Samantha acercándose a la castaña.

— Perdón, pero... Yo no, yo no puedo — La volteó a ver con los ojos rojos.

Samantha suspiro pesadamente, Rocío parecía una niña.

— ¿Como le pudiste hacer esto a Alana? — Samantha toco el puente de su nariz en señal de frustración.

— Se supone que eran amigas, que era tu amiga — Hizo énfasis en la palabra "tu".

— Solo nos vimos un par de veces, nunca creí que eso pasaría — Dijo Rocío alterada.

Si bien, ella le había dado el aceptamiento a Diego, su intención nunca fue que alguno de sus amigos se enterara de dicha situación.

Y menos Alana.

— No se, no se como ayudarte — Mencionó con rendición.

— Te lo dije varias veces Rocío, la maldita vez que te humilló en aquél baño, te dije y te lo advertí — La Rubia la regaño.

— Pero no me hiciste caso, ahora tienes que averiguar quien tiene estas fotos, por que tu reputación se va a la basura — Dijo con dureza.

Los ojos de Rocío nuevamente se volvieron a tornar rojos y lágrimas empezaron a salir.

Si tan solo hubiera rechazado a Diego esa madrugada que le pidió verse.

Pero el hubiera ya no existe.

Y sus acciones ya estaban dando las consecuencias

( . . . )

Encontró una hoja con la escritura de lo que parecía ser algún tipo de poesía.

Y es qué, después de lo sucedido con Samantha decidió irse a dar un bañó y al salir encontró la hoja en la cama.

— Chio, dice Sam... — Aldo se calló al ver a Rocío en toalla.

— ¡Ey! ¿Que haces con eso? — Cambio repentinamente su semblante al ver la hoja de papel entre las manos de Rocío.

— Me lo encontré aquí en mi cama — Dijo Rocío mostrandole el papel.

— Aun no lo eh leído, creó que es de Samantha o no entiendo porque alguien dejaría ésto aquí  — Mencionó viendo el papel.

Aldo rápidamente le arrebato el papel.

Vio que la hoja estaba rota, suspiro de alivió al notar que la castaña no leyó las partes escritas.

— No se como llegó a tu cama, pero ésto es mio. Dijo Samantha que alistaramos maletas, nos iremos a un apartamento para todos — Dijo Aldo guardando la hoja en su chamarra.

Salió de la habitación dando un portazo, al parecer se había enojado.

Rocío alistó su maleta, solo deseaba que Aldo no le dejara de hablar.

Eso era lo único que le molestaba, su forma de mostrar el enojo que le tiene a los demás, ignorandoles hasta que el enojó se le pasará.

Al llegar al elevador recibo una llamada de Diego.

— Hola Ro — Habló Diego con ese tono grave que le caracterizaba.

— Yo soy Anonimo... Dime, te gustaron las fotos que envié, no sabes lo mucho que te extraño —.

Y solo con esa frase, Rocío cayó nuevamente en el juego que Diego estaba creando.

Sin saber que poco a poco el juego los iba a hundir en lo más profundo del deseó.

¿Amigos? || El Mariana X RiversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora