Ejecutando la broma: Terushima y Lev

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Se suponía que sería una noche tranquila, como todas las que tengo durante los días de clase

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Se suponía que sería una noche tranquila, como todas las que tengo durante los días de clase. Entonces... ¡¿CÓMO ES QUE ACABE CON MIS DOS BEBÉS LLORANDO A MARES SOBRE MÍ?!

Estaba sentado mirando una película después de haber terminado mi tarea, cuando el timbre sonó. Como mis padres están festejando su aniversario, yo era el único en casa y fui a abrir... y me encontré a Kenma, mi bebé alfa, con el corazón roto. Kuroo, mejor no aparezcas mañana en la escuela o vas a ver lo que yo te hare.

-Tranquilo, cielo... está bien... todo va a estar bien. -Trate de consolar a mi niño, y el timbre volvió a sonar.

Sin entender quien podría ser, deje a Kenma en el sofá y camine hasta la puerta de nuevo... y me encontré a Akaashi, mi bebé omega de Fukurodani, también con el corazón roto. Bokuto... ¡Sabia que eras un idiota que no se merecía a mi bebé! ¡Lo sabía! ¡Te amenace por una razón y aún así...! Vas a ver cuando te agarre.

-Yaku-san... -Kenma me nombró y aprete mi agarre sobre él. -Creo que tú teléfono está sonando. –

¿Mi teléfono? ¿Ahora?... Si es uno de los estúpidos alfas de mis bebés...

-Parece urgente. -Akaashi comentó, separándose de mí. - ¿Quieres atender en otra habitación?... Creo que Kenma y yo podemos quedarnos solos por unos minutos. –

-Sí, estaremos bien. -Mi bebé alfa me aseguro. -Nos abrazaremos y lloraremos juntos hasta que vuelvas. –

-De... acuerdo... -Accedí, dudando y me levanté del sillón.

Kenma enseguida se acercó a Akaashi y enterró su cara contra su cuello. Mi bebé de Fukurodani le correspondió el abrazo y lo vi asentir hacia mí antes de apoyar su cara contra el hombro de su amigo.

Con un suspiro, camine hasta la cocina y saque mi teléfono de mi bolsillo. Espero que esto sea importante...

Mi neko idiota: ¡Yaku-san!

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Mi neko idiota: ¡Yaku-san!

Mi neko idiota: ¡Yaku-san!

Mi neko idiota: ¡Yaku-san!

Mi neko idiota: ¡Yaku-san!

Mi neko idiota: ¡Yaku-san!

Yo: Lev, no es buen momento.

Amados EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora