¿Por qué no lo pensaste antes?: Tokio Parte 2

481 58 7
                                    

-Kenma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Kenma. -Keiji me llamo. - ¿Qué estoy comiendo exactamente? –

-Pescado, por supuesto. -Le conteste.

- ¿Estas seguro? -Me cuestiono. -Sabe a pollo. –

- ¿Enserio? -Parpadee. -Oh, espera. Sí, es pollo. –

-Lo siento, señor. -Un mesero nos miró. -Pero lo que están comiendo es pescado. –

-Gracias. -Keiji asintió y me susurro. -Sabe a pollo, para mí es pollo. –

-La próxima vez probaremos el pollo. -Le indique. -Así veremos si no sabe a pescado. –

Ambos soltamos una carcajada y continuamos almorzando. Nuestras citas vendrán pronto... ¿qué habrán planeado?

- ¿Crees que Bokuto-san me extrañe? -Mi amigo me pregunto.

- ¿Extrañarte? -Suspire. -Lo único que puede estar evitando que ahora no se tire a nuestros pies, es que le pedí a los guardias que no lo dejen pasar. –

- ¿Eh? -Él me miro con confusión. -Oye, sé que este no es un establecimiento que pase desapercibido, pero... estás sobreestimando la inteligencia de Bokuto-san. –

-Olvidas que Kuroo también viene a por mí. -Le recordé. -Y puede ser un imbécil, pero no lo suficiente como para perderme de vista tan fácilmente. –

Keiji asintió comprensivamente, y por unos minutos, no dijimos nada.

- ¿Lo extrañas? -Cuestione al final. -A Kotarou. –

-No estoy seguro. -Él suspiro. -Se siente raro no tenerlo alrededor, pero más que nada porque me mantenía alerta... y estaba acostumbrado. –

-Te entiendo. -Asentí. -Kuroo vivía detrás de mí... siento que falta mi gato/sombra ahora. –

Eso lo hizo reír y sonreí. Keiji y yo estábamos tan acostumbrados a tener a nuestros novios siempre detrás... a tener que calcular todo lo que pudiera salir mal y asegurarnos de tener lo necesario para sacarlos de cualquier problema...

- ¿Vas a volver con él? -La pregunta se me escapo de la boca. -Cuando la venganza termine... ¿volverás con él? –

-Yo... no lo sé. -Me respondió. -No es la primera vez que me lastima, solo... intento no pensar demasiado en ello, solo seguir adelante, pero... tal vez es hora de acabar. No puedo seguir perdonándole todo... mucho menos esto. –

-Touché. -Conteste. -Kuroo es un idiota, pero lo amaba... creí que las molestias que me causaba no eran nada. Lo compensaba al final del día, así que... ¿cuándo habrá empezado a cambiar? Cada vez, las cosas me molestaban más, y esto... No voy a regresar con él, Keiji. Este es mi límite. –

-Esta bien. -Sentí su mano sobre la mía y la apreté.

Abrí la boca con la intención de decir algo, posiblemente agradecer, pero un gran estrépito me detuvo. Supongo que... los guardias no fueron suficiente para detenerlos...

Amados EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora