Speechless ~[By EstellarMi] -KookMin +18

Speechless 15

—Bien, supongamos que no estás celoso. ¿Entonces que es lo que te molesta?.

>Y no me vengas con que ella es menor, sus estudios y eso.

—En efecto, mirá la hora que es.
Para su edad es demasiado tarde.

—No eres su padre.

—Me siento responsable.

—¿Porque deberías?.

~Me compadezco de Minho.

—Oye~, si me preocupa es p-porque sé donde está, y estar contigo es suficiente motivo para alertarse.

—Jimin, me tomas por un cualquiera.

—Oh vamos Jungkook, toda chica que entra en tu habitación, sale más pisada que el mismo piso.

>Y Lía no fue la excepción.

—Estas viendo cosas donde no las hay. No sucedió nada~

—Te estabas besando con ella~.

—Corrección, ella me besaba a mí.

—Y tu muy caballeroso no le alejaste.

—¿Había alguna razón para apartarla?.
—Jimin calló. —Créeme, si hubiese querido ella y yo estaríamos en mi habitación ahora.

—Que modesto. —Refutó con indignación.

—No lo estoy siendo. —El alfa amplio una sonrisa jadeante.

—¡¿De que te ríes?!~

—De tu rostro enrojecido. Pareces un lindo tomate.

Jimin iba a responder, abrió sus labios pero finalmente encontró más interesante mirar a otro lado.

—Un beso no significa nada Jimin. Estoy seguro de que fui su primer.

El tatuado aclara para calmar su paranoico amigo.

—¿Entonces tu y ella no están saliendo?

Pregunta lascivo llendo hasta la mesa.

—¿Te interesa?

Jimin enfureció, sabía que era mala idea indagar.

—Anda Jimin, ven aquí no seas gruñón.

—Ay dios, tratar contigo es un problema.

—Creo que el caso es viceversa.
—Dijo divertido. —Dijiste que me detestabas y que yo era un asco, ¿quién es el gruñón entonces?

Tomando su mano le hizo tomar asiento junto a la mesa, hizo la misma acción colocando una silla frente al rubio.

De alguna manera le incomoda tener al alfa tan cerca, la camisa que viste está un poco desgastada y teme que Jungkook vea de más,  aunque a decir verdad el alfa no ha bajado la mirada en ningún momento.

—Solo estoy muy estresado ¿bien?, lidiar con MinHo no es algo fácil.

El pelinegro asintió. —¿Como está el ahora?.

El rubio suspiró. —Finalmente ha podido dormir, el pediatra dejo algunas medicinas y al parecer han hecho buen efecto.

—Y tu... ¿cómo estás?

—Agotado... Cansado, agobiado. No lo sé.

Jadeó apoyando la cara entre sus brazos sobre la mesa.

—Ser padre no es tan fácil. ¿cierto?, no es color de rosa, al contrario, hay excremento y noches de desvelo de por medio.