Nicolas Deker no era el primer novio de mi hermana Carol y cuando lo conocí pensé que tampoco sería el último, después de su primera pareja las relaciones para Carol se volvieron fugaces, pero Nicolas parecía entenderla mejor que los demás, cuando e...
Estaba en la cama con la luz del velador prendido viendo el libro de historia antigua que tome de la biblioteca.
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No había nada escrito sobre marcas con cualidades, pero claramente las marcas no estaban vistos como esclavos, si no como protectores de los lobos y la conexión de los lobos con los humanos de este mundo, es como mencionó Walter.
Nunca juré a ningún clan cunado recibí la marca de los Nocton, pero parece que es lo primero que se hace después de que se coloca la marca en el cuerpo de la persona y una vez hecho el juramento la persona podra ingresar a la manada para servir.
Lleve mi mano a mi cuello y sabía que tenía la marca aunque no pudiera sentirla, después de todo tampoco cumplí con las tradiciones si no hice una promesa.
Pero a diferencia de como lo mencionaba ese libro no era un honor y un privilegio servir a los lobos. Era una obligación y sacrificio hacerlo si pasabas por ese juego de selecciones, las marcas se obtenían a la fuerza y la mayoría eran criminales que no tenían nada que ver con los lobos.
Parece que no hay muchas marcas realmente entre los clanes, es más un juego que respetan por los hijos humanos que nacen entre los lobos que la necesidad de tenerlos en su manada realmente.
Eran más difíciles las tradiciones que los deseos de la Luna.
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Incluso el enfrentamiento entre líderes se podía definir en un combate bajo un juramento para evitar el derramamiento de sangre innecesario entre los clanes, después de todo había una gran carga en los hombros de los líderes si tenían que sacrificarse hasta ese punto.
Cerré el libro y vi que ya se había hecho bastante tarde, solo lo dejé a un lado sobre la mesa de luz y apague la luz para ir a dormir.
En medio de la noche sentí que algo frío recorría mi cuerpo, solo me pregunté si me había destapado y abrí los ojos para tomar la colcha que seguramente había perdido entre los pies de la cama. Cuando me regresé para buscar la colcha media dormida pude ver un gigantesco lobo negro a través de la ventana.
Trate de tomar algo y cuando regrese con el velador en la mano ya no estaba, como si hubiera desaparecido.
Me tomó un momento tranquilizarme pero pude hacerlo y empecé a pensar que quizás no fué bueno leer libros de lobos en medio de la noche. Se veía horrible afuera y esos dibujos espantosos no ayudaron en nada.
