Darren
Viernes, 6 de la tarde, me encuentro saliendo de los vestuarios del pabellón del instituto tras 2 largas horas de entreno, hoy ha sido duro, se acerca la primera competición de la temporada y tiene que ir perfecto, y esta semana he pinchado bastantes veces, y hoy por fin he vuelto a ser el mismo Darren de siempre en el agua. Me he dejado la sangre ahí dentro y el entrenador a vuelto a sonreír. Camino tranquilamente y paso por la zona de fútbol sala, gimnasia y basquet que a esta hora se encuentravacía, pero me equivocaba. Veo una figura moverse a lo largo de la pista, solitaria y distraida, desde arriba de las gradas. No me doy cuenta que he parado mi paso hasta que me encuentro bajando los peldaños de la grada escalon a escalon con la mirada fija en los movimientos delicados que estaba realizando esa chica que no conseguía reconocer. La canción Unstopabble de Sia suena por los altavoz a un volumen bastante elevado, y ella parece no percatarse de mi presencia.
Levanta los brazos, se lanza al suelo y se arrastra por él creando diferentes movimientos y posturas que en algún otro momento me habrían parecido ridículos y extraños, pero estaba prendado por su naturalidad al moverse, la forma en que so cabello se movía y como parecía estar llena de vida, sentía la música y parecía estar en su propio mundo, como si nada a su alrededor existiera. Da un par de saltos, increíbles debo decir, y a mitad de la canción vuelve a alzarse al aire, aunque esta vez sin exito. Cuando su pie derecho toca el suelo, este se tuerce provocando que se cayera, lo que la hace soltar un grito ahogado antes de incorporarse sentada y agarrándose el pie con las dos manos. Suelto la mochila y no me doy cuenta de lo que hago hasta que me encuentro saltando la vaya que separa la grada de la pista, que se encuentra a un metro mas o menos por debajo.
Caigo sobre mis pies sin caerme y corro hacia ella, que se asusta por el ruido que he hecho y por darse cuenta de que no estaba tan sola como ella se creía, gira su rostro y clava unos ojos abiertos como platos en mi. Freno en seco.
Megan Moore.
Sacudo al cabeza y me acerco a su cuerpo, que sigue en el suelo y sus manos no sueltan su pie. Esta vez voy algo más calmado, aunque no sabría explicar la razón, algo dentro de mi me ha empujado a ayudarla, esa caída no ha sido para nada buena y estoy seguro de que, a parte de otras partes del cuerpo, el pie la debe estar matando. Sus ojos se humedecen, quizá por la vergüenza, pero cuando me encuentro a unos centimentros de ella me agacho a su altura, poniendo una mano sobre su hombro intentando que se tranquilizara.
—¿Estás bien?— le pregunto como un estúpido, está claro que no esta bien.
—Me duele—hace una mueca de dolor cuando intenta moverse y apoya la planta sobre el suelo. Gruñe y se lo vuelve a agarrar entre las dos manos—. Me duele mucho.
Me sorprende que no me suelte alguna de las suyas, el hecho de que en vez de decirme alguna grosería se muestre tal y como se siente en estos momentos. No intenta disimular, como cualquier otra persona habría hecho en su lugar, ni se esta haciendo la dura como muchas de las chicas que han fingido caídas o encontrarse mal delante de mi para captar mi atención y mi ayuda, para luego fingir que son fuertes. No, ella no. Ella se está deshaciendo sobre el parquet de la pista, con los parpados cerrados con fuerza y apretando los dientes.
La misma chica que me pareció una malagradecida y una prepotente, la misma que hace menos de diez minutos me había cautivado con la danza que había creado, la misma chica ahora mismo se encontraba hecha un manojo de lágrimas, ¿o dolor?
—Dejame ver— borro esos pensamientos de mi cabeza y, como debería haber hecho antes de comenzar a soñar despierto, la agarro del brazo izquierdo con mi mano izquierda y con cuidado, la derecha se va directa hacía su cintura, haciendo el amago de intentar levantarla, pero es en vano—. Intenta levantarte— vuelvo a probar, pero nada más apoya el pie en el suelo grita y vuelve a caer. Suspiro. Eso no tiene buena pinta.

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Magnetic.
Genç KurguSabes que algo se rompió cuando sientes que estorbas a la persona que te devolvió las ganas de vivir. ''Nadie puede quererte hasta que no te quieres a ti mismo primero.'' Él se decía a sí mismo que el coraje y la estupidez que llevaba encima tenían...