6

52 5 2
                                    

La semana pasa sin contratiempos, Zoey pasa cada vez más tiempo con Douglas en púbico, al parecer la cosa va bien, y de verdad que me alegro por ella. En alguna ocasión me he cruzado con Darren, teniendo en cuenta que es el mejor amiga del novio de la mía, y a la hora del almuerzo están con nosotras, eso cuando no están jugando al fútbol con los demás compañeros o fumando fuera.

La tensión entre él y yo poco a poco se ha ido disipando, cosa que agradezco. Ahora ya ni siquiera me presta atención, no desde que me acerque a él hace dos días, cuando se encontraba en los pasillos entre las dos ultimas clases charlando tranquilamente con su grupo de amigos mientras Zoey y Doug iban a por almuerzo y Becca se juntaba con no sé que chico del equipo de natación. No sé por qué, pero sentía la necesidad de disculparme con él. Desde él minuto uno que comenzamos con mal pie, y ahora que mi mejor amiga y su mejor amigo parecía que tenían algo serio, no quería que cada encuentro fuera incomodo. Pero nunca lo encontraba a solas, siempre estaba con alguien, algun amigo, alguna chica tontenando con él, así que no tuve más remedio que acercarme en ese momento, sin pensanrlo con la vergüenza comiendome viva.


—Hola Darren— le dije a su espalda, que se tenso ligeramente, algo que pude apreciar sólo yo. Tanto él como su compañía se callan, él no me mira pero sus amigos están analizando cada rincón de mi cuerpo con mirada curiosa y extraña. Cuando por fin se gira, sus ojos verdes me dejan de piedra. Vistos de cerca eran más claros, más intensos. Me doy una bofetada mental—. ¿Podemos hablar un segundo?

Su expresión neutra cambia a una de extrañeza, inclinando su cara hacia un lado y preguntandome sin hablar. Sus amigos parece que estén en un partido de tenis, moviendo sus ojos entre Darren y yo, atentos a cualquier movimiento que pudieramos dar cualquiera de los dos.

—¿Para?—me pregunta, y mi atención se va hacia sus amigos. No quiero tener esta conversación frente a sus amigos. Esta, ni ninguna, vaya.

—En privado, si puede ser—recalco.

Parece dudar unos instantes, pero entonces se gira hacia los chicos y se encoge de hombros. No sé que es lo que les ha querido decir con la mirada, ni tampoco me interesa.

—Ahora vengo—les comunica, y por fin s esepara de ellso con la intención de seguirme—. ¿Vamos?

Sacudo la cabeza volviendo al mundo tierra y asiento. Camino sin rumbo por el pasillo hasta que por fin encuentro un espacio sin mucha muchedumbre y ruido en el que poder humillarme con algo más de tranquilidad.

Cuando me paro y giro sobre sus talones, Darren me imita girando la cabeza hacia su espalda con brevedad para entonces devolver su mirada a mi.

—¿Me explicas a que viene todo esto? Mira niña...

—No me llames niña—le interrumpo—. Para empezar, te quería pedir disculpas por como empezamos—su entrecejo se frunce, recalcando la confusión en su expresión—. En el aparcamiento fui muy grosera, y cuando te ofreciste a llevarme no estaba teniendo el mejor momento de mi...

—Mira— ahora es él el que me interrumpe—. Para continuar, me da igual todo lo que tengas que decirme. Me es completamente indiferente, me eres indiferente. No creas que porque haya intentado ser amable contigo me interesa tener cualquier tipo de cruce de palabras. Sólo hice lo que habría hecho cualquier otra persona, aunque si hubiera llegado a saber que eras tú, creeme que habría continuado mi camino sin pensarlo.

No sé que contestar a eso, la verdad no me esperaba que reaccionara de tal manera, y algo dentro de mi me apresiona el pecho. No sé por qué, pero algo en sus palabras, o quizá en su tono, me duele.

Magnetic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora