Heaven

241 33 1
                                    

— ¿Dónde está su hijo Paul?— pruebo mi té, que a decir verdad está muy bueno.

— Vive en Italia, desde que terminó la universidad decidió buscar una mejor vida allá, le va muy bien como contable.

— Debo darle las gracias a él, por ser como un padre para Heaven.— dejo la taza sobre la mesa, está muy caliente y tengo miedo de quemarme.

— Paul ama a Heaven, estaba pensando en llevárselo a vivir con él, pero ahora que sé que existes, pienso que debemos discutirlo como familias que somos del niño.— asiento.

— Por el momento no es recomendable decirle nada al niño, es una información no muy fácil de asimilar, por eso pienso que lo correcto es que venga de vez en cuando y con el paso del tiempo contarle todo.— es un niño, a penas tiene tres años, no va a entender la situación.

— Por mi parte estoy de acuerdo, debemos hacer cosas que le favorezcan a la salud mental del niño.— se levanta y recoge las tazas de ella y Bella, ambas ya se han tomado su té.

— Aquí le dejo dinero para que cubra los gastos del niño y le ayude a usted también.— saco de mi bolso cinco mil dólares y los dejo sobre la mesa, Paula los mira y luego me mira a mí negando.

— No, no lo pienso aceptar.

— No se lo estoy consultando, es mi deber, hace tres años no recibe ayuda de nadie que no sea la de su hijo, yo debo representar a mi hermano, de ahora en adelante le daré manutención todos los meses, no pienso dejarlos solos.— me acerco a ella y la abrazo.

— Gracias, de verdad te agradezco todo estoy que estás haciendo, no sabes cuanto.

— Nosotras ya debemos irnos, no pienso saludar al niño aunque muera de ganas por hacerlo, cuando vuelva prometo hablar con él, cualquier cosa que necesite le dejo mi número en este papel.-- dejo el papel sobre el dinero.— No dude en llamarme.— nos despedimos y salimos hacia el auto.

— Gracias, querida, no sabes cuanto agradezco que estés aquí.— me abraza con fuerzas.—Sé que cuando no esté en este mundo, mi pequeño quedará en buenas manos.— se separa de mí.

— Todavía le quedan años por vivir, es más, será usted quien cuide de Heaven por mucho tiempo, ya lo verá.— sonrío para darle fuerzas, no es bueno que me note afligida, le hará más daño.

— Vuelvan pronto.— nos acompaña hasta la puerta, nos despedimos una vez y nos vamos.

• ────── ✾ ────── •

— Sinceramente que ese accidente te dejó loca.— mi madre se levanta del sofá y camina hacia el pequeño bar que se encuentra en una esquina.

— Lo que te estoy contando es totalmente cierto, al igual que tú pensabas que no, pero hoy pude comprobarlo con mis propios ojos.— Dave me mira, como también sigue los pasos de mi madre con la mirada.

— Pero, Chad nunca mostró a esa joven.— pasa sus manos por la cabeza.

— Que no la haya mostrado no quiere decir que no haya existido en su vida, el hecho es que Heaven es su hijo, tu nieto, lo único que tenemos de él.— mis ojos se humedecen.

— ¿Por qué no avisaste?... hubiéramos podido ir contigo.— Dave es esta vez quien me interroga.

— Sencillo, no podía darles esperanzas sin saber que lo que había soñado era cierto, no me iban a creer, necesitaba corroborarlo yo misma.— lo miro.

— Debemos ir por el niño, debe estar con nosotros.

— Lo siento, pero eso no se va a poder.— me opongo.

— ¿Por qué no?

— La señora Paula, la abuela materna del niño, tiene cáncer, está en fase terminal, ese niño es lo único que tiene, quitárselo sería matarla en vida, lo mejor es visitar al niño, ir poco a poco condicionándolo y después ver como obtenemos la custodia compartida.— me levanto y camino hacia la cocina.

— Creo que Isla tiene razón mamá, no es justo venir ahora después de todos estos años y quitarles al niño, poco a poco estaremos con él.

— Entiendo todos los puntos que ella plantea, pero entiendan ustedes mi parte, lo que siento en estos momentos.— vuelve y toma asiento, pasa sus manos por su cabello y los lleva hacia atrás.

— No te preocupes, mamá, ya sabemos de la existencia de ese niño, ahora solo nos toca esperar y ver como haremos las cosas.— me acerco a ella y la abrazo.

— ¿Quién quedará con la custodia del niño cuando la señora fallezca?— alza la cabeza y me mira directamente a los ojos.

— El niño quedará en manos de Paul, el tío paterno del niño y en manos mías y de todos nosotros.— le muestro una cálida sonrisa.

— Bien, subiré a descansar un poco, toda esta información es un poco fuerte para mí.— seca sus lágrimas y sin mirar hacia atrás sube a su habitación.

Suelto un suspiro para liberar toda la tensión contenida y tomo asiento al lado de Dave. Este se encuentra mirando hacia un punto fijo y con los brazos cruzados.

— Quiero conocer al niño, no le diré que soy su tío ni nada parecido, pero quiero verlo, solo con eso me conformo.— mantiene su mirada en el mismo lugar.

— Lo harás, prometo llevarte, debemos estar feliz, mi hermano nos dejó una parte de él.— asiente con ojos llorosos.

— Gracias a ti y a tu insistencia encontramos el mensaje que Chad nos quería transmitir desde hace tiempo.— me abraza y besa mi cabeza.

Juntos (libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora