Cuerpo a cuerpo🥊

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C A P Í T U L O 17🏁

Seco mi cabello con una toalla, me he quedado en la habitación solo con la bata de bañar, son pasadas de las once de la noche, estoy parada en frente de la puerta del balcón observando hacia el jardín, deseo ir a la habitación de Daemon, consolarlo, hablar con él, sacar esos pensamientos que rondan su cabeza.

Tomo la decisión de ir hacia su habitación, apago las luces y salgo de la habitación, mientras voy caminando por todo el pasillo, pienso si es buena idea o no ir a hablar con él. Toco su puerta, no escucho ningún tipo de sonido, lo más seguro es que no esté o se encuentre durmiendo.

— ¡Adelante!— lo escucho gritar.

Abro la puerta y lo observo, está en la cama, la tenue luz me permite ver como se encuentra, está desnudo, de la cintura hacia abajo está cubierto con una toalla. Se voltea a verme, noto sorpresa en su rostro, no esperaba verme en su habitación.

— Te hacía dormida.— cierro la puerta y me acerco a la cama.

— No puedo dormir, después de la pequeña conversación que tuvimos me he quedado despierta con ganas de hablarte.

— Yo tampoco tengo sueño, así que te escucho.

¿A quién engaño? No solo quiero hablar, también quiero coger con él, he llevado noches fantaseando con él, desde que soñé con él en Italia.

Me deshago del amarre que tiene mi bata, está cae al piso, quedo completamente desnuda ante él. Su mirada quema mi piel. Muerde sus labios y continúa haciendo un camino con su mirada hasta detenerse en mis labios.

— No quiero que hagas esto por compromiso.— se acomoda mejor en la cama, quedando medio sentado y recostado del espaldar de la cama.

— ¿Cuándo he estado contigo por compromiso?— pregunto mientras me voy subiendo a la cama.

— Nunca, pero sabes a lo que me refiero.— su mirada observa mis pechos.

— Lo sé, pero ya no quiero que hablemos más.— quedo a horcajadas sobre él, me deshago de la toalla que se encuentra en su cintura, sintiendo el calor y cercanía de ambos cuerpos.

— Tus deseos para mí son órdenes.— sostiene mi rostro con ambas manos y besa mis labios con fervor y pasión, los muerde y succiona a su antojo, por supuesto que lo disfruto.

Paso mis manos por sus hombros, como si lo estuviera abrazando, araño su espalda con despacio y suavidad, continúa besando mis labios, mientras sus manos se pasean por mi espalda y cintura, aprieta fuertemente mi cintura y la vez muerde mis labios con fuerza, diciéndome con esa acción. "Esto es mío."

— Ni conociendo a todas las mujeres que existen en este mundo dejaré de desearte, mucho menos de disfrutar de tu cuerpo.— me mira a los ojos para luego volver a intensificar el beso.

Me levanto un poco para poder introducir su erecto miembro dentro de mí, lo sostengo con una de mis manos y antes de entrarlo lo estimulo con mis manos viendo como muerde sus labios por el placer y me mira con ojos oscuros cargados de lujuria y perversión.

De una sola estocada siento todo su miembro dentro de mí, un leve gemido se escapa de mis labios, el cual es silenciado por sus labios, yo misma soy quien tomo control de los movimientos, subo y bajo lentamente para poder sentirlo y llenarme de placer yo misma.

— ¡Ah! Vamos nena, lo estás haciendo delicioso.— gime cerca de mis oídos, esas palabras me motivan a continuar cabalgando sobre su miembro.

El sonido de mis glúteos chocando con su piel es la melodía más excitante que he escuchado en toda mi vida, intensifico mis movimientos, nos acomodamos mejor quedando él acostado y yo sobre él, mientras muevo mis glúteos de arriba hacia abajo, de adelante hacia atrás y de otras forma, obviamente con rapidez, pues beso sus labios y muerdo estos.

Juntos (libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora