Parte 25. Liberación

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Unos días después. Yvaine estaba en su cuarto llorando, no quería hacerlo, pero no pudo evitarlo. Era poco el tiempo que le quedaba, para que Paul fuera presentado nuevamente ante el Duque, el mismo que Alain le daba para casarse con él, había creído que luego de azotarla cruelmente, abusaría de ella y la dejaría humillada y rota, pero no, él quería torturarla toda la vida, prometió tocarla hasta su noche de bodas, que le dijo que seria el inicio de su contrato.

Mientras se deshacía en sollozos. Un mayordomo toco la puerta y le dijo que tenía visitas, ella no quería ver a nadie, pero le dijeron que las personas que la buscaban no se irían sin hablar con ella. Para su sorpresa, eran Lorenz, Marlene y un recién llegado Kruspe. El medico, traía bajo el brazo un grueso fajo de documentos. Sin poder evitarlo corrió y abrazo a su amiga, sollozo un rato en sus brazos.

—Yvaine, no te preocupes, todo se resolverá, sabemos lo que Alain te está haciendo.- dijo Marlene abrazando a su amiga.-

—Cuentas con nosotros.- Le sonrió Richard.-

Yvaine recobro la compostura, vio a Lorenz que al parecer quería decirle algo.

—Señora, reverencio él, debo darle esto.

El Baron le ofreció el fajo de documentos, Yvaine lo tomo y leyó todo con cara de asombro, era una cesión, donde Paul le legaba su fortuna y sus propiedades, todo. A ella, la fecha de elaboración era de apenas unos dias. Cuando Yvaine, miro a Lorenz interrogante, este le respondió:

—Landers, hizo esto, luego de que la sacara de su boda, seguro de que Alain lo retaría a duelo. No quería que quedara desprotegida, si algo le ocurría. Lo dejo a mi custodia, considere oportuno traerlo en estos momentos, una fortuna puede ser muy útil, para no tener que depender de la voluntad de nadie o comprar la voluntad de los mismos...

Ella apretando los documentos contra su pecho, intentaba no llorar. Paul la amaba tanto, como ella a él.

—Él no lo hizo... pero estará muerto antes que podamos probarlo.- balbuceo ella.-

Sus amigos se miraron dolidos. Richard apretó los puños con coraje, Marlene reprimió un gemido. Entonces Lorenz, señalando el sobre, le dijo:

—Puedes hacer algo Yvaine... comprar su libetad.

Ella miro al medico y todos comprendieron lo que acababa de insinuar. Ratos después todos salieron al galope, por todo el camino ella no podía más que rogar, poder salvarlo. Pero si no funcionaba, se juró, que se arrancaría la vida antes que permitir que Alain la volviera a tocar. Los pensamientos funestos invadían su mente, a pesar de la esperanza que quería mantener.

Lejos de ahí, Casandra se paseaba recogiendo champiñones por las orillas del rio, cuando encontró a Oliver, que miraba la corriente ensimismado y triste. Ella se acercó para saludarlo, pero luego cambio de parecer al verlo tan serio, intento dar la vuelta para alejarse, pero escucho la voz de él hablándole.

—Kruspe te ama Casandra... te ha buscado por todas partes.

Ella se quedó quieta al escucharlo, claro que la amaba lo sabía, así como su amor seria siempre de él. Pero también sabía que ese amor era imposible.

—Lo sé Oliver...

—Entonces ¿Por qué lo haces sufrir?

Riedel se había dado la vuelta y la encaraba severo, tenía ese gesto desde hacía un par de dias, desde la mañana en que ella volvió a la granja, después de pasar la noche con Richard en el bosque. Cuando él paso cabalgando cerca de la granja, e hizo relinchar su caballo, frente a la casa, para luego marcharse. No quería hablar de eso con nadie.

Du riechst so gutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora