Parte 15. Puertas

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Los dias pasaron rapido, demasiado para las parejas de amantes. Christoph y Laetitia aprovechan cada oportunidad, para poder verse, aunque sea unos instantes en el bosque, bajo los arboles en flor, que se habia convertido en su lugar de encuentros. Paul e Yvaine, salian a cabalgar todos los días a los bosques y volvian hasta las postreras horas de la tarde. Mientras Marlene y Till, se veian siempre que podian, en el arroyo, esperando la claudicación de Oliver. En tanto Richard, había estado absorto siendo feliz con Casandra. La veía llenar de flores la casa, tocaba el piano para él, o simplemente se sentaban junto al fuego, abrazados y ver crepitar las llamas, mientras leían o conversaban.

Cuando en el castillo Kruspe, se recibió una invitación para un almuerzo en el palacio de Baux. Richard creyo que era una ocasión, para llevar a Casandra como su acompañante. Al pasar por el cuarto de ella, toco la puerta débilmente, abrió, pero no entro. Mientras ella, frente al espejo, terminaba de retocarse, llevaba puesto un vestido color menta, entallado en su figura, acomodaba en un elegante moño sus mechones marrones, lucia en el cuello como única joya, el dije de opalo que él, le había obsequiado, cuando ella volvió la vista, ahí estaba él mirándola con ojos encendidos.

¿Puedo pasar Casandra? Pregunto él-.

Todo le pertenece excelencia, respondió ella sonriente.


Richard entro, se acercó a ella y la beso con ternura, se quedó así un largo rato mirándola, acunando su carita entre sus manos y acariciando sus mejillas con los pulgares, luego le dijo.

¿Todo? Mi corazón hace rato yace en tus manos, le dijo él.


Ella sonrió ante eso, esas palabras la hicieron olvidarse de los malos ratos y comentarios que a diario había sufrido, a manos de Sonja y Meike. Solo necesitaba tener el amor de Richard y nada más le importaba.

Me alegro, que vengas, tendré algo hermoso en que deleitarme. Musito Kruspe.-

¿Richard, estas seguro de esto?.- pregunto ella.

No tengo nada que pensar, dijo el con aplomo.


Unos últimos besos calmaron los miedos de Casandra. Él la tomo de la mano y salieron hacia el castillo de Baux.

Mientras en dicho lugar, el primero en llegara a la merienda, habia sido el duque de Martius y Alain como su sombra. Luego llego Till, junto a Christoph y Paul, ambos entraban al salón, para departir con los demás, finalmente llego el Baron Lorenz con Marlene. Luego más, hasta que todos los demás invitados estuvieron presentes. Christoph y Paul, tomaron lugar en una esquina con Lorenz y Marlene, empezaron una conversación muy animada.

Al fin podemos saludarnos Lorenz y a su pequeña belleza- Sonreía Paul, mientras daba una mirada a Marlene.

Muchas gracias señor landers, respondió Marlene.

¿Comó ha pasado su regreso señorita Riedel?, pregunto Schneider, es un cambio muy radical de Paris a esta campiña.

La verdad he aprendido a amar este lugar Conde Schneider, esta lleno de bellezasa que he ido conociendo, respondio ella.

Bien, entonces qué tal si todos empezamos a usar nuestros bellos nombres cristianos, rio Paul.


Como si hubiera sido una chispa, inmediatamente todos empezaron a tratarse de forma familiar y siguieron la plática. Marlene diviso a Till, inmediatamente su corazón comenzó a latir aceleradamente, se disculpo con Lorenz, con la excusa de buscar a Casandra. Cuando los hombres se quedaron a solas la conversación continúo.

En verdad Lorenz, parece que ocultabas a tu preciosa ahijada junto con todos tus tesoros, rio Christoph.

Sabes ella me recuerda a alguien... dijo Landers.

Du riechst so gutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora