Capítulo 9

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"Querida Shani:

No vas a creerte con quien me he encontrado en Skellige".


De todas las posibles vidas en las islas que Eve había imaginado nunca había concebido la posibilidad de acabar trabajando con Lambert. Cuando estaban juntos, el brujo nunca le había dejado meter las narices en sus trabajos, ni siquiera le contaban en qué consistían. Lejos de estar entusiasmada, Eve tenía mucho miedo de aquellos sumergidos. No eran demasiado letales pero siempre atacaban en grupo.

Terminó de escribir la carta de Shani para contarle sus nuevas aventuras con Lambert y cerró el sobre. Mientras vigilaba los tiempos de las pociones, se había dedicado a escribir una a cada persona importante en su vida; sus hermanos, la profesora Ludivicka, Shani, Iris e incluso al profesor Quitatrabas. Sin embargo, no había conseguido sacar ni una palabra para el diario de Albert.

El último grano de arena del reloj cayó y Eve apartó las pociones del fuego con rapidez. Las embotelló con la facilidad que da la práctica y contempló su obra. Su mayor logro estaba oculto debajo de la mesa; las bombas acuáticas. Iba a ser todo un placer detonarlas. Pero antes de eso tenía que prepararle otro de sus remedios al rey Bran. Armiño todavía estaba comprobando si sus intenciones con el rey eran buenas, pero mientras tanto el viejo Bran empeoraba, así que le habían pedido que siguiera con el tratamiento, a pesar de las quejas de Birna.

Lambert llamó a la puerta y después entró en la habitación casi sin hacer ruido. Sus pasos apenas eran audibles para Eve, pero sabía que estaba detrás de ella por el chillido de la puerta.

—¿Cómo vas?

—Todo terminado. Ahora solo tengo que ocuparme de Bran y podemos partir. —Eve le dio las pociones y Lambert las examinó de cerca.

—¿Y no querrías hacer también algunas para un brujo?

—Solo trabajo para la gente que no sabe lo que hace.

—¿Y yo sí?

—Tú eres vago, Lambert.

El brujo se cruzó de brazos. Eve había ganado carácter en estos cincos años y no iba a dejar que Lambert le intimidara. Ya estuvo mucho tiempo siendo su sombra sin replicar. Las cosas habían cambiado.

—¿Cuándo estarás lista?

—En tres horas. Necesito preparar infusiones para que aguante los dos días de expedición.

A Lambert no le importaba en absoluto. Eve podía percibirlo. Le daban igual sus investigaciones y sobre todo la salud del rey Bran. Solo quería una cosa; sus 1.000 coronas. Siempre había sido así y a Eve le había costado algún tiempo aceptarlo.

***

Hjalmar llevaba dos horas esperando en el punto de reunión. Estaba tan emocionado que había llegado algunos minutos antes. No contaba con que sus compañeros llegaran mucho más tarde que él. Estaba empezando a pensar que se habían olvidado de él cuando vio cuatro figuras a lo lejos. Lambert lideraba la marcha y por detrás de Úrsula caminaban dos figuras como si fueran su sombra. Hjalmar supuso que serían los dos mercenarios que la acompañaban. La muchacha le saludó con una sonrisa.

—Llegamos tarde porque he tenido que ayudar a Bran antes de venir. Estos son Knutt y Thormund. —El primero estaba en su mundo y el segundo contestó con un gruñido.

—Nunca había visto a una alquimista tan lenta.

—Lambert, si no estás contento con mi trabajo, puedo volver a An Skellig.

Hjalmar pudo percibir la tensión deÚrsula. La había visto dos veces en su vida, pero su personalidad cambiaba cuando estaba cerca del brujo. Podía entenderla, porque a él también le ponía nervioso con sus quejas y su malhumor. Sin embargo, lo de Eve parecía algo más visceral.

Tormentas de Skellige (The Witcher 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora