Capítulo 28

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Eve entreabrió los ojos para comprobar que todavía era de noche. Se alegró de descubrir que aún podría pasar un par de horas más con Hjalmar antes de que tuviera que volver a su habitación. Después de visitar el lago, Eve quería darse un baño caliente para combatir el frío. Hjalmar le había propuesto que usar su tina, porque era más grande. Habían terminado desnudos en su cama y él le había insistido que se quedase a dormir hasta el alba.

Se revolvió entre las mantas buscando el cuerpo de Hjalmar en la cama. Entonces descubrió que el muchacho la había dejado sola. Se incorporó y con cuidado encendió el candil de aceite. Vio el espacio vacío y los surcos en las sábanas que había dejado el cuerpo de Hjalmar.

Eve se sintió bastante ofendida por aquel abandono sin avisar. Sin embargo, pensó que aquello no era propio de él. Su ropa estaba revuelta, como si hubiera tenido que marcharse a toda prisa. Todavía quedaba demasiado tiempo para el amanecer.

Se vistió con cuidado y se acomodó el pelo antes de salir a su búsqueda. Al salir al pasillo, vio la puerta de la habitación de Cerys entreabierta, por lo que confirmó las sospechas de que algo pasaba dentro de la fortaleza.

Pasó por su habitación para cambiarse de ropa y asegurarse de que nadie sospechaba donde había pasado la noche realmente. El sol empezó a asomar por el horizonte, pero no escuchó a nadie subiendo por las escaleras. La fortaleza estaba demasiado en silencio. Cuando eso sucedía, significaba que algo malo estaba sucediendo. Eve no sabía muy bien a donde ir, así que pensó en dar una vuelta por la fortaleza. No tardó demasiado en escuchar la voz de Hjalmar. La siguió hasta el salón principal.

Eve se quedó en una esquina intentando pasar desapercibida. El salón estaba abarrotado de gente que escuchaba con atención lo que Hjalamr decía en lengua antigua. Detrás de él, Cerys, Svanrige y más jóvenes que había visto en el banquete. Los jarls lo observaban.

Eve puso mucha atención a lo que Hjalmar estaba diciendo, pero apenas pudo entender ninguna palabra. Estaba tan centrado en el discurso que ni siquiera se había dado cuenta de su presencia. Tormund y Knutt estaban entre la multitud y al verla se acercaron a donde ella estaba.

—El rey ha muerto —dijo Tormund sin ningún tacto.

El rey Bran había estado esperando ese momento desde que Eve lo conocía. No le tenía especial cariño por lo mal que la habían tratado, pero no pudo evitar sentirse un poco vacía.

—Se fue a cazar y un oso lo mató —siguió diciendo Tormund—. Están preparando el funeral.

—¿Qué está diciendo Hjalmar? —Knutt leyó los labios de Eve y asintió con la cabeza. Parecía que él también tenía curiosidad.

—Undvik. —Tormund empezó a signar para que su compañero lo entendiera. —Quiere matar al gigante. El clan de Tordarrach lo va apoyar y los jarls tienen reticencias pero están dispuestos a ver que pasa.

—Los están mandando a una muerte segura —dijo Knutt en común—. Y es el hijo de Cranch.

—Habrá gente a la que le interese que esté muerto —añadió Tormund.

—¿A quién? Birna va a morir en la pira.

—A todos los que se presentan a ser rey, incluida su hermana. —Eve se fijó en que Cerys no apartaba la mirada de su hermano.

—Menos mal que solo está buscando voluntarios. Ni loco voy a Undvik. —Tormund dirigió la mirada a Eve durante un momento. —Porque no vamos a ir, ¿verdad?

—Su contrato la obliga a estar a las órdenes de los an Craite y el nuestro protegerla. —Knutt se estremeció.

—No tenéis por qué venir. Me las puedo apañar sola.

Tormentas de Skellige (The Witcher 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora