El reloj.

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Gabriela

Ya han pasado varias semanas del incidente, Jacob sigue siendo el mismo gilipollas, el que por un lado no soporta verme y por el otro lado no puede separarse de mí. Es según el día.

Coral y Erick se han perdonado con el pasar de las semanas y ahora están más inseparables que nunca... que envidia.

De Betty no he sabido nada y espero que así siga siendo.

Anastasia se ha marchado a buscar a su mate al otro lado del mundo.

En resumen, la casa está muy tranquila. Luego de lo que pasó en la cafetería días antes de casi morir, Jacob no me volvió a llevar. Me he dedicado a leer y a cocinar de vez en cuando siempre bajo la supervisión de una de las cocineras para evitar más incendios.

He hecho una amiga en el servicio, Bella; es una bella omega que no ha tenido la suerte de encontrar a su mate, es una loba blanca como la nieve y solo tiene unas manchas azabaches en el lomo. Cuando me molesta la llamo Dálmata. Ella fue la que me ayudó a hablar a escondidas ( no tan escondidas) con Ivor, y luego ha sido mi confidente, más que mi prima Coral, que a raíz de su reconciliación con Erick, se ha convertido en el topo de Jacob.

Últimamente no lo he visto mucho, siempre está en reuniones, o en su despacho.

Me levanté de mi cama, ya tenía que bajar a desayunar.

En la mesa estaban sentados Jacob y Erick, para ir a trabajar desde temprano, supongo.

- Buenos días - espeté mientras bostezaba y me sentaba en mi lugar, a la derecha de Jacob.

- Buenos días Luna - Erick me esbozó una sonrisa mientras se llevaba su tostada a la boca.

- Buenos días - Jacob me dio una mirada de reojo mientras tomaba su café.

Comimos en silencio, cuando llegó Bella.

- Buenos días Alpha, buenos días Beta - saludó primero a los chicos y luego se dirigió a mí - Luna, ya está todo preparado, le tengo su ramo de chocolate y el reloj que me pidió - se veía contenta, pero yo la iba a matar.

La miré con advertencia, Jacob no podía saber del regalo de Ivor. Hoy es su cumpleaños y me pensaba escapar para pasar la tarde con su manada. Tenía la coartada perfecta...digo tenía porque Bella lo arruinó.

- ¿Te compraste un reloj? - preguntó Jacob expectante, se posicionó hacia mi, su mirada quemaba en mi cuerpo.

- Enm, si, uno que me gusto mucho, lo vi en una de las revistas que dejan en el correo - hablé con la comida en la boca y de los nervios por poco me atraganto.

- Ajá... y ¿puedo verlo? - tosí sin parar el café, esa no me la esperaba.

Mire a Bella quien se quedó estática en su lugar, mire a Erick quien nos miraba a las dos, sabía que tramábamos algo, luego miré a Jacob quien se recostó de brazos cruzados en el respaldo de la silla, el tampoco se la creía.

- Bella, enséñame ese reloj...- se dirigió Jacob a Bella, quien dio le dio una sonrisa nerviosa a Jacob.

- Es que ya está empaquetado - solté de repente - me lo iba a autoregalar, ya que nadie en esta casa me da un regalo - miré a Jacob y éste entrecerró sus ojos.

- Bueno pues ábrelo aquí delante de nosotros - me retó.

- Es que....-

- ¡Buenos días! - apareció una radiante Coral, salvándome de la excusa.

- Coral, justo en el momento - comentó de repente un contento Jacob - ¿Tú sabías que tu prima se compró un reloj? - me quedé con la boca abierta, yo no le había comentado nada a Coral, porque enseguida se lo contaría a Erick, y éste a Jacob.

- No...mmm la verdad recuerdo que a Gabriela le molestaban mucho los relojes, bueno los accesorios en general - se rió tímida, yo fingí una sonrisa.

- Bueno, vi uno que me gustó mucho...-

- Y te lo empaquetaste y todo - espetó Jacob en un tono que empezaba a mostrar enfado.

Me levante de la mesa recogiendo mi plato y sin volver a dirigirme a ninguno de los presentes, agarre a Bella de la mano y la llevé a la cocina.

- ¿No te podrías haber esperado a que te preguntara yo no? - ella me miró triste.

- Lo siento Luna, se me escapó por la emoción - se rascó la nuca en un acto de nerviosismo - es que me hace ilusión el regalo que le compraste a ... - le puse la mano en la boca justo antes de que dijera el nombre del innombrable.

- Vamos a mi habitación - bueno, la habitación de Jacob, ya que conforme me recuperaba me cambió de nuevo a su habitación.

Jacob

No me creía ni una sola palabra de Gabriela. Ella todavía se piensa que yo me chupo el dedo, se que planea asistir al cumpleaños de Ivor, se que precisamente viene él a buscarla por la parte de atrás cuando hagan el cambio de guardia y se la mentira que me piensa soltar.

Es tan ingenua, piensa que el hechizo de la bruja funcionó.

- Alpha - una de las brujas de la manada entró a mi despacho.

- Siéntese - tomó asiento - ¿Qué desea? - crucé los brazos encima de la mesa, escuchando.

- Bueno, es que, hace un rato su mate ha venido a mi para que realizara un hechizo para evitar que usted pueda leerle la mente - interesante, pensé - obviamente no realice nada, hice un paripé y ella al creerlo salió muy contenta - se levantó - solo vine para que vea que le soy fiel, y que ya no le debo ningún favor.

- Esta bien, gracias por informarme - asintió con la cabeza mientras abrió la puerta para luego salir.

El Alpha soy yo, y antes que la Luna voy yo. Esta humana aún no se entera.

Me arde el cuerpo de la rabia de pensar que el estúpido ese esta detrás de mi mate, y me da mas rabia todavía que sea correspondido por ella.

Se que no me porto bien con ella, pero eso va en mi personalidad, si me obedeciera, no sería tan brusco, pero estoy harto de sus mentiras, así que tomé la decisión de negociar con Ivor.

Salí a buscar a Gabriela, para ver que cara se le ponía cuando le volviera a pedir el reloj, me hace mucha gracia cuando intenta mentirme.

- Gabriela - entre en la habitación sin vacilar - a ver, enséñame ese reloj - me miró nerviosa, estaba delante del tocador, maquillandóse... para él.

Intente evadir la rabia que comenzaba a inundar mi cuerpo, ella es mía y solo tiene que estar bella para mí.

- Emmm, no te lo vas a creer - miró hacia arriba y luego hacia abajo - lo perdí - soltó luego de pensar unos segundo - me miraba esperando una respuesta mientras fingía una risa nerviosa.

Me senté en el borde de la cama, detrás de ella, me miraba a través del espejo.

<< No me va a salir bien el plan >> << ¿Desde cuando se preocupa tanto por mis cosas? >>

Su cabeza daba vueltas mientras se retocaba nerviosa, esperando a que me levantara y me fuera sin más.

Miré el reloj de mi muñeca, se acercaban las 4 de la tarde. Decidí divertirme un poco más.

- Principessa - se puso tensa - ¿ te estas arreglando tanto para mi? - la miré a través del espejo, se acomodó en el banco del tocador.

<< Este se huele algo >> << Si tan solo Bella no hubiera dicho nada >>

- Es que ya estoy cansada de estar siempre desarreglada - miró el reloj de la mesa de noche.

- Aja... - me levanté y me acerqué, toqué mi marca en su cuello.

Dio un respingo, y su corazón se aceleró. Luego me dirigí al garaje para preparar la emboscada y evitar que ese desgraciado se lleve a mi mujer.

Estúpida HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora