Desayuno inesperado.

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Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, y un agudo dolor de cuello. Me molestaba la luz y esa maldita cortina parecía no estar nunca cerrada. Me volteé y no vi a Jacob por ninguna parte para mi suerte. En su lugar había una nota.

Estamos en una reunión, no salgas del hotel -Jacob

Estaba dispuesta a desobedecer su orden pero los recuerdos de ayer por la noche llegaron a mi mente, así que pensé que lo mejor fue ducharme, bajar a desayunar y volver a la habitación a esperar a que él llegara.

Cuando me vestí fui a buscar a Coral a su habitación, pero no estaba. Que raro, pensé que me esperaría para desayunar.

Al llegar al bufete me lleve una gran sorpresa, ahí estaba Gonzalo, desayunando solo y tranquilamente. Agarré una bandeja y me puse todo lo que se veía delicioso, no siempre tienes estas oportunidades. Cuando terminé de elegir mis próximos alimentos me senté en la misma mesa que Gonzalo, él me miro extrañado pero cuando pareció reconocerme me sonrió y con la boca llena me dijo:

- No sabía que te alojabas aquí - estaba muy muy guapo a decir verdad, las mañanas le sentaban bien.

- Yo tampoco lo pensé pero ya ves, así es la vida llena de sorpresas - intente sacarle mi sonrisa más sincera, pero no podía dejar de darle vueltas a lo guapo que se veía, aunque no se acercaba ni a los talones de Jacob.

Hablamos durante lo que me pareció una hora, es un chico muy interesante. Mide aproximadamente 1'75, tiene un cabello castaño muy brillante y sedoso, tienta acariciarlo. Sus ojos son verdes botella y tiene un perfil muy atractivo, mejor no hablar de su sonrisa, es perfecta y blanca. Como ya he mencionado, tiene un cuerpo de infarto, musculoso y atractivo, me extraña que no tenga novia.

Después de desayunar me invitó a ir con él al spa, al principio dudé, tenía miedo a la reacción de Jacob pero después de pensarlo durante unos minutos acepté.

Regresé a la habitación, eran las 10 de la mañana y habíamos quedado en ir a las 11. Miré los bikinis que había traído y ninguno me gustó, así que bajé rápido a la boutique a comprarme uno que de verdad me gustara verme. No es que tenga un cuerpo de ensueño, es más, no me gusta, pero como no se puede hacer nada para cambiarlo hay que aprender a vivir con ello y sacarle partido a lo que haya, por menos que sea. Elegí un bikini brasileño, con estampado de leopardo, la verdad que me favorecía mi figura por lo que no dudé en comprarlo.

Quedamos en la entrada del spa, encima del bikini llevaba una bata playera y un bolsito con una toalla que cogí de la habitación. Él llegó con el bañador y una camisa de tirantes, en la mano una toalla de color azul, no como las del hotel. Nos volvimos a saludar con un beso en la mejilla y entramos.

Al entrar pensé que no podía tener más mala suerte, en el jacuzzi se encontraba Anastasia con Betty hablando animadamente, aproveché que no se percataron de mi presencia para huir hacia la otra parte del jacuzzi mientras Gonzalo me seguía casi corriendo.

- ¿Por qué parece que huyes de alguien? - me miró curioso y extrañado con un ápice de diversión en su voz.

- Es una larga historia, pero lo importante aquí es que no me vean dos personas - miraba hacia todos lados, no querría encontrarme ahí a Jacob o a Erick, sería mi perdición.

Le señalé a Gonzalo las dos brujas que seguían sin darse cuenta de mi presencia y mientras nos metíamos en el otro jacuzzi le iba contando el por qué no se podían dar cuenta. Obviamente evité el decirle que estoy atada con un hombre lobo Alpha, porque me tomaría por loca chiflada y nunca más querría verme.

- Entonces...estás y no estás a la vez con ese tal Jacob - se quedó pensativo y prosiguió - la verdad es una pena que estés en esa situación, hay más personas que si quieren tener algo de verdad contigo, créeme. Eres muy interesante y atractiva, aparte de ser divertida pareces un ángel caído del cielo- sonrió pícaro y yo pedía que la tierra me tragara.

Estaba roja a más no poder.

- La verdad es que tu tampoco estás mal, te has conservado bien con los años- puse mi mejor mirada seductora y él se fue acercando poco a poco.

- No pretenderás que sea solo un juego para ti ¿no? - Respondió él.

¿En que carajos me estaba metiendo y por qué esto avanzaba tan rápido?.

Estúpida HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora