Eres más mía que tuya...

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Gabriela

Jacob me soltó delante de una puerta de metal de 2 metros de alto, por lo menos, sacó unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta la cual hizo un chirrido escandaloso.

Recorrimos un largo pasillo, habían varias celdas, sucias como era de esperarse. Escuche a alguien toser y supuse que era Ivor ya que sólo había una celda encendida en toda la estancia.

Me posicioné delante de él, tenía marcas profundas, productos de las palizas que seguramente Jacob ordenó. Cuando levantó la vista nuestros ojos conectaron, primero sentí lástima pero luego me invadió la rabia.

Jacob solo veía expectante la situación.

- Mi bella humana... - golpeé la celda de un manotazo, producto de la rabia.

- Eres un capullo mentiroso de mierda - sus ojos expresivos me mostraron sorpresa y algo de molestia.

- Ya lo sabe todo, estúpido - Jacob abrió la celda apartándome hacia atrás cuando sacó una navaja de su otro bolsillo.

Ivor al percatarse se movió brusco mientras veía la mano de Jacob aterrorizado.

- Escúchame - se dirigió a Jacob - tendrás muchos problemas si me matas - lo retó con la mirada.

Jacob respondió a su amenaza haciéndole un corte en el otro lado de la cara. En dónde no había ninguna cicatriz. Ivor gritó de dolor, pero al momento se mordió la lengua evitando mostrar debilidad.

Volteé la cara para otro lado mientras oía más gritos.

- Jacob, para - intenté acceder al interior de la celda.

- Ni se te ocurra pasar - Jacob tenía los ojos rojos, y me señaló con la navaja el exterior de la celda, ordenándome que saliera.

- ¿No hay otra forma de hacer esto? - pregunté con la esperanza de amenizar el dolor de al fin y al cabo, una persona.

Ivor se rió por lo bajo, y Jacob le dio un golpe en la nuca.

- No me importan tus amenazas, tu muerte solo causará que la próxima vez me tengan más respeto - Jacob dirigió su mirada hacia mí.

De repente tomó el pelo de Ivor, y arrastró su cabeza hacía atrás dejando su cuello expuesto.

Me decidí a salir de la celda cuando los gemidos de dolor y la discusión entre Ivor y Jacob se hicieron presentes. Cuando finalmente llegué a la puerta la cual estaba cerrada ya no se escuchaba nada, a excepción de el sonido de un cuerpo caer y de los pasos de Jacob, saliendo de la maldita celda.

Sentí mucha lastima de la situación, de lo que podía haber sido, de mi oportunidad de ser feliz.

Jacob se acercó a la puerta sin dirigirme la palabra y salió por delante de mí.

- Prepara las maletas, nos vamos mañana - y sin más se esfumó por un pasillo, dejando un vacío extraño en mi por su desdén al dirigirse a mí.

Esa noche no pude dormir, y lo peor era que me sentía sola, no tenía ni siquiera a Coral a la cual no había visto desde el desayuno.

Cada vez que intentaba cerrar los ojos, el recuerdo de la celda me invade, haciéndome imaginar situaciones horribles que aunque no quiera aparecen en mi mente.

Eran las dos de la mañana y Jacob no había venido todavía a la habitación.

Me levante y fui al baño, me moje la cara, necesitaba despejarme.

Cuando salí de la habitación escuche voces procedentes del despacho de Jacob, dudaba si acercarme o no, ya que me olerían, y me escucharían más que yo a ellos.

Estúpida HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora