Abuela Sauce

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Gabriela

A la mañana siguiente Coral y yo nos despertamos temprano. Bajamos a desayunar casi que solas, de hecho acompañamos a las cocineras. Cuando subimos a nuestras respectivas habitaciones Jacob seguía durmiendo. Intentando hacer el menor ruido me adentré al baño con mi ropa que consistía en unos vaqueros blancos ajustados, una camisa de asillas suelta con volantes negra y unas sandalias. Me veía bien, fresca como si no me tuvieran secuestrada, como si pudiera ver a mis abuelos, como si fuera totalmente libre.

- Y tú ¿para que te arreglas tanto? - Jacob estaba recostado en el marco de la puerta, su cara reflejaba sueño y tenía el pelo totalmente desordenado.

- Porque Coral y yo los vamos a acompañar a la manada - sonreí por el espejo mientras me ponía la máscara de pestañas, muy cuidadosamente ya que sería un fastidio tener que quitarme todas las manchitas que se quedan.

El se rió de manera escandalosa podría decir que fue de una manera muy hipócrita. Le miré a través del espejo con mala cara ya sabía que venía después.

- Ni lo sueñes princesa, tu no vas a salir de aquí y mucho menos a la manada donde hay tantos lobos hambrientos de carne humana - entendí la referencia pero eso no me iba a detener.

Jacob me agarro la cintura para apartarme del lavamanos. Yo salí a esperar a que terminara de asearse, me senté en la cama.

Cuando salió le miré un poco suplicante, haciendo ojitos y él me miró de una manera burlona.

- Ni lo intentes principessa, mira que hoy desperté con buen humor a pesar de lo de ayer - se metió al closet y yo le seguí.

Está bien, si no funciona la táctica de ojitos tienen que funcionar mis armas de seducción.

Estaba de espaldas a mi, así que se la acaricié con la mano, llegando hasta su cabeza mientras escuchaba su risa burlona. Creo que sabia que estaba haciendo pero no me importa.

Avance cuidadosamente hasta ponerme en frente de él, tenia una camisa en la mano y me miró burlon. Me acerqué un poquito más quedando a centímetros de su rostro.

- Por favor Jacob, no haré nada malo, al fin de cuentas ¿tendré que conocer a la manada de la que voy a ser Luna no? - el miró mis labios y no vaciló en besarme.

Me besó tendida y posesivamente, agarrándome la cintura y acercándome más a él. Yo no me negué, ya no me iba a mentir a mi misma, me encantaban sus besos y quería más pero eso no impedía que quisiera mi libertad.

Cuando dejó de besarme salió por la puerta poniendose la ropa y dejandome con la palabra en la boca. Así que salí detrás sin parar de insistir. Se paró en frente de la salida y cuando vio a Coral con Erick esperando en el coche me miró con resignación y me dio paso.

Cuando iba a avanzar me agarró del brazo fuertemente para hacerme girar.

- No quiero ninguna locura Gabriela, abre el ojo que no estas en tu pueblo de humanos - me lanzó una mirada de advertencia y yo seguí mi camino hasta el coche.

Después de unos quince minutos de camino llegamos a lo que era la supuesta manada. Habían casas de madera que se veían muy bonitas y acogedoras. En el centro había como una plazita decorada con muchos arbustos, flores y unos cuantos bancos.

Los niños correteaban detrás de una pelota. Las madres estaban en el mercadillo pequeño que se encontraba al fondo. A la vista no vi a ningún hombre, lo que me pareció extraño.

Senti un pequeño golpe y cuando me di cuenta era la pelota de los niños. Uno se acercó temeroso y miró a Jacob primero, para después mirarme a mi.

- Perdoneme Luna yo no quería, solo se escapó... - no lo deje terminar.

- No te preocupes pequeño, ahí te la paso - le di una sonrisa y pateé la pelota.

El niño me devolvió la sonrisa y se volteó a jugar con sus amigos de nuevo. Jacob me agarró la mano y avanzó al igual que hizo Erick con Coral.

- Tenemos que entrar a la asamblea pero ustedes todavía no pueden entrar - se quedó en su lugar pensando por unos segundos - las llevaremos a la casa de la abuela Sauce - yo me reí y Jacob me miró duro.

- ¿cómo la película de Pocahontas? - Erick río también al escucharme pero al instante se calló cuando recibió una mirada por parte de Jacob.

- Si Gabriela como Pocahontas, pero espero que te sepas comportar porque ella es una persona muy importante de la manada y ya te dije que no quiero problemas - lo miré seria y dije lo único que se me pasó ese momento por la cabeza.

- Que amargado estás chucho - al momento de decirle me callé y me sonrojé pero no pude aguantar la carcajada.

Jacob se alejo echando humo esperando a que lo siguiéramos y cuando vio que solo nos reíamos se volvió y me agarró rudo del brazo haciendo que soltara un quejido de dolor.

Simplemente lo ignoró y seguimos caminando hasta el final del pueblo, donde se veía un lago muy hermoso, con árboles de todas las clases al rededor. En el agua cristalina se reflejaba una casa mas pequeña que las demás, pero igual o más de hermosa.

Cuando Jacob tocó y la señora nos abrió Coral y yo nos quedamos estáticas en nuestro lugar, sin creer lo que  presenciábamos, y así las lágrimas se acumularon en nuestros ojos.


Hola! Espero que se encuentren bien y que su familia también. Quería pedirles disculpas por tardar tanto en cada capítulo, solo es que tengo que encontrar la inspiración para escribir a pesar que tengo millones de ideas a cada hora, intento buscar la mejor forma de encajarlas todas para que el capítulo quede entretenido y se vaya formando una historia especial. Intentaré subir capítulo mas a menudo, I promise <3

Díganme como les va pareciendo la historia. También acepto ideas y opiniones o si quieren que haga algún capítulo especial explicando alguna situación. Un saludo!❤️

Estúpida HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora