Echarte de menos, o algo así.

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Jacob

España siempre ha sido un país de mucha historia, una parte malvada y otra parte admirable. Quizá como todos los seres de la tierra, con nuestra historia oscura, y con la otra parte hermosa.

Estabamos en el hotel cuando me llegó una llamada. Tenía esperanzas de que fuera Gabriela para pedirme perdón por ser tan desobediente y así volver a tener el único remedio de entertenimento que tiene; la televisión. Pero en cambio, el nombre en la pantalla reflejaba el nombre del jefe del consejo. Mucho estaba tardando en llamarme, para recibir respuestas acerca del tema de la descendecia de la familia. 

- Buenas tardes Jacob- se oyeron murmullos de lejos en la llamada- me preguntaba si ya sabes algo acerca del tema de tus hijos, recuerda que ya pronto es la epoca del celo y...ya sabes necesitamos noticias- el jefe se calló, esoerando respuesta.

- Estoy en España, ahora mismo no puedo atenderlos- intentó rechistar pero no lo deje terminar- cuando vuelva recibiran noticias- colgué.

Noté la presencia de Erick y lo miré.

- ¿Gabriela ya se arrepintió de haber desobecido al gran rey Jacob, reyes de los reyes?- dijo riendo sarcástico.

- No te burles, que tu tampoco estas para echar flores con tu relación- le devolví la jugada y el desvío la mirada - cuentame, soy tu hermano, tal vez el rey de reyes te puede ayudar- le di un pqueño golpe con el codo esperando a que se animara a contarme.

- Hace unos días me enteré de que vio a un "ex" suyo, cuando estaba con las nuevas amigas que tiene en la manada. Me dijeron también que él la perseguía, le hablaba y  la tocaba y ella no se inmutaba- me miró cuando empeó a cambiarle la mirada- y tu sabes como duele eso- puso su irada en un punto fijo al frente- es que si al menso fuera una humana, pero es que ni por ahí tiene excusa, porque no lo es -.

Recordé que Coral relamente no era humana, lo que aun no había tenido su transformación. Empaticé con Erick, pues yo también tengo ese sentimiento de rabia y frustación cuanod pienso que mi mate estuvo hablando, tocando y persiguiendo a Ivor, y eso no me pdía hervir más la sangre.

- ¿Y ella que te dice acera de todo esto?- pregunté intentando si quiera entender un poco de las dos partes.

- Pues que relamente ellos no fueron nada, solo tuvieropn un omento de roce pero que ella jamás vería a otro hombre como me ve a mi y bla bla bla- me volvió a mirar- pero sin embargo yo pienso que miente, porque él si fue algo en su vida, es más me he enterado de que muchos más pasaron por ella, claro, a escondidas de su supuesta abuela y de su supuesta prima- note como se empezaba a agitar- es que ya ni siquiera que es verdad de ella, no se cuanta verdad hay en cada cosa que me dice y eso me enloquece, porque lo que teníamos fue muy hermoso ¡y es mi puta mate joder! la tendré que ver todos los días por el resto de mi vida y no quiero seguir tratandola así- en un pqueño impulso lo abracé.

- Tranquilo Erick, esto se va a arreglar y a medida que pase el tiempo  erás que ese sentimiento de desconfianza irá desapareciendo-.

Y así pasaron las horas, hasta que llegó el momento de negociar con los narcotraficantes.

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Gabriela

-¿Hola?- grité cpn la esperanza de que alguien detrás de la puerta me escuchara- Necesito ayuda- grité un poco más fuerte.

Justo al momento dos mastodontes de Jacob entraron alarmados buscando cualqier peligro. Cuando se aseguraron de que no había nada, me miraron, expectantes para ver si decía donde estaba el problema.

- ¿Pueden llamar a Jacob? - estaba claro que no quería pregunatrle como la estaba pasando, solo me sentía un poco mal y además las sogas con las que me amarró la sirvienta ya me estaban cortando la circulación.

- Señorita, diculpe pero el señor Jacob no quiere que lo llamemos a excepción de que sea alguna urgencia- los miré un poco irritada, mi humor desde hace horas estaba algo cambiante.

- Pero es que no lo van a llamar ustedes, lo haré yo y seguro que si le llamo yo si querrá hablar conmigo- los mastodontes se miraron y mutuamente pensaron si sería lo correcto, hasta que al final se decidieron a obedecerme.

Marcaron el número de Jacob y me pegaron el móvil a la oreja. Tardó unos cuantos segundos en contestar.

-¿Pero que cojones pasa? Espero no me hayan llamado por una ilipollez porque se quedarán sin sueldo durnate los próximos cuatro meses- se notaba que estaba furioso, pero ¿por qué?.

- Vaya, ¿desde lejos no puedes oler a tu mate no?- espere su respuesta.

- Gabriela ¿que coño quieres? estoy muy ocupado y no tenog tiempo de andar con tus estupideces de niña caprichuda- vaya, cuando a él le interesaba sí pero ¿cuando yo quiero no?.

- No es una tontería Jacob necesito que me sueltes orque ya me estoy quedando sin circulación en los brazos- dudé si decirle que me sentía también mal animicamente- además también yo me siento mal y enfadada así que me tienes que cumpir lo que te digo-.

Se río por mi último comentario.

- Es normal que te sientas mal y enfadada si me tienes tan lejos, es el lazo -agh, ese maldito lazo- y con lo de las muñecas que te suelten, pero si haces algo que no debes en la noche ordenaré que te las vuelvan a poner y verás que cómoda duermes amarrada-.

- Gracias- fue lo único que pudo salir de mi boca, a pesar de querer decirle muchas cosas más.

- Te llamaré esta noche- y colgó.

El mastodonte me quitó el móvil de la oreja y el otro mastodonte me desató las manos para luego salir y volver a encerrarme.

¿Será que si que echo de menos a Jacob? o bueno, algo parecido.

Lo que sí no me iba a quedar encerrada de nuevo, intentaría escapar de todas las maneras posibles. 

Estúpida HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora