Amara una chica de 21 años, queriendo huir de la vida que le a tocado vivir como la hija de uno de los carteles mas poderosos de México. Damián un joven de 24 años buscando venganza tras la muerte de su madre y hermana.
¿Que pasara cuando estas dos...
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Por primera vez no tuve pesadillas. No se si fue por el alcohol que me dejó tan dopado, pero por alguna razón me alegra no haber tenido que revivir ese momento de tragedia con ese malparido invadiendo mis pensamientos. Me estaba estallando la cabeza, siento un peso liviano arriba de mi.
Entre abrí mis ojos y siento una melena larga pasando por mi brazo tatuado, era Isabel. Se encontraba dormida sobre mi pecho.
"¿Que estaba haciendo aquí conmigo?".
No queria moverla de su lugar. Mirando su semblante realmente parecia un angel en todo el sentido de la palabra, pero en el fondo no la conozco como para abrirme a tal grado como me abro con caleb o elias, incluso aurora. Hay algo de ella que me preocupa, lo cual es su anorexia y las cicatrices que se encontraban por su delgado brazo.
¿Que me estas haciendo angelito? ¿Que es esta sensación en mi pecho que no me deja respirar?.
Podria quedarme mirandola hasta que se despertara pero me duele mucho la cabeza. Maldita resaca. Muevo mi cuerpo intentando no despertarla, quitando mi brazo que se encontraba abrazandola de la manera mas sigilosa posible para no despertarla. Me siento en el borde del sofa admirandola unos segundos.
Miro la diminuta blusa que traia puesta y miro su delgado cuerpo, la anorexia le comenzara a afectar internamente si no busca ayuda, si no es que ya le esta afectando y ella aun no lo sabe. Tengo que hablar con mi padre acerca del asunto de isabel, su situacion con su transtorno alimenticio no me esta gustando.
La poca luz proveniente de las cortinas entre abiertas de la habitacion de mi madre, me ayudaron ver las pequeñas cicatrices que tenia en sus piernas se veian antiguas pero aunte todo quiero saber la verdadera razon por la cual esta huyendo, despues del incidente de la discoteca con los mellizos casi no hemos hablado.
Pasó mi mano por su larga melena moviendo un mechón de su cabello detrás de su oreja, lo cual hace que se mueva mas cerca de mi tacto. Me levante del sillón y nuestras manos se rosaron unos segundos.
—No te vuelvas a ir Alex—susurró Isabel entre dormida.
No me quería ir, pero tenía un dolor de cabeza de los mil demonios y tenía que bajar al comedor por una pastilla para aliviarlo.
Agarre la manta que estaba a mi alcance y puse sobre ella delicadamente intentando no despertarla. Tomó el borde de la manta y se abrazó a ella, se miraba tan tranquila y en paz durmiendo. Saque mi celular de mi pantalón y le tome una foto estando dormida.
Me dirigí a la puerta de la habitación abriéndola y saliendo de ella, cerrando la puerta detrás mío.
Aún tenía la misma ropa de anoche así que decidí irme a mi habitación para refrescarme. Camine hacia mi habitación abriendo la puerta entrando en ella, me fui quitando mi ropa pieza por pieza hasta quedar completamente desnudo. Me meto a la regadera dejando que el agua recorra mi cuerpo, miro hacia mis manos como la sangre va cayendo tornado el agua color rojo.
