Capitulo 8

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Hace años que no volvía a mi país natal, mi amada Colombia, donde conocí al amor de mi vida, mi ángel

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Hace años que no volvía a mi país natal, mi amada Colombia, donde conocí al amor de mi vida, mi ángel. Dirijo mi mirada hacia mi mano donde aún permanece mi sortija de matrimonio donde se encuentra grabado el nombre de mi amada esposa y alrededor de mi cuello la sortija de mi ángel con mi nombre grabado dentro de él.

Aun después de su muerte y de nuestra pequeña, el cartel nunca fue igual.

Todo el cartel cambió drásticamente donde ya no podíamos confiar en nadie que no fuera de nuestro círculo más interno del cartel y muy pocas personas se han ganado ese puesto, solo que hay una persona que espero ver hoy ya que no lo he visto en años.

Mi hijo.

Desde la muerte de su madre y hermana decidí alejarme de este mundo y estar en paz pero me llegaron noticias que el cártel de sinaloa se está tornando más fuerte en cuestión de la toma de territorios, no puedo dejar que vaya en contra de la única persona que me queda en este mundo.

Dirijo mi mirada hacia el retrovisor y veo que aun me están siguiendo el ritmo, aceleró más el auto, inician a acelerar los autos detrás de mí, hasta que los tres estábamos en una línea. Yo en el centro y mis dos socios a mis costados, conté hasta 3 mentalmente y acelere creando una carrera en la autopista, la carrera dura todo el transcurso hasta llegar a los portones de entrada de la familia Ortega. Las puertas se abrieron inmediatamente ante nuestra presencia, aún era de dia así que seguramente mi hijo estaba en casa ya que todas las luces aún seguían prendidas.

Estacionamos los autos y salimos de ellos dirigiéndonos hacia la puerta principal de la casa, saque las llaves de mi bolsillo, coloque la llave en la puerta y esta se abrió.

Dirijo mi mirada alrededor de la sala de estar y todo aún seguía igual, estar en esta casa me trae muchos recuerdos nostálgicos de mi amada esposa, aún después de no estar en esta casa por tantos años.

—Que bueno estar en casa nuevamente—suspiro.

—No puedo creer que siga igual la casa de cuando nos fuimos—comenta Luciano el padre de Elias.

—Supongo que damián no quería cambiar mucho en la casa para que permanezca la esencia de su madre en cada rincón de la casa—comenta Bernardo, el padre de Caleb

—La pregunta del millón, ¿Dónde estarán esos tres diablos?—pregunta Luciano.

Al voltear hacia las escaleras venian ellos, nuestros hijos o como luciano les dice los tres diablos ya que siempre desde que estaban crios hacian travesuras y se metian en asuntos que no les combenia pero aun asi llegaron a ser unos buenos muchachos.

Justo cuando nos vieron, el unico que bajo de los escalones corriendo fue caleb e inmediatamente abrazo a su padre, mientras que damián y elias bajaban con tranquilidad.

—Hola papa, cuanto tiempo sin verte—comento caleb al saludar a su padre, mientras que damian y elias se quedaron al borde de las escaleras.

—Como has estado campeón—dice su padre contento de reencontrarse con su hijo.

Almas en Guerra #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora