Capítulo 30

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Llegaron corriendo al despacho de Greg e ingresaron para encontrar que Maggi estaba arrodillada al lado de él y lo sostenía contra su pecho. Levantó la vista para mirarlos y vieron las lágrimas que corrían por sus mejillas. El corazón de Rachel dejo de latir. Su padre no podía estar muerto, claro que no.


-¡Llamen al doctor Henry! -exclamó Finn y se acercó hasta ellos para alzar a Greg en brazos.

Con una facilidad que sorprendió a la morena salió de allí y comenzó a subir las escaleras, como si su padre no pesara nada. Ella simplemente no podía reaccionar, estaba totalmente ida.

-¿Qué estas esperando? -le preguntó Kurt -¡Sube con ellos!

Asintió tontamente y subió corriendo detrás de los pasos de Finn. Llegó a la habitación de su padre y vio como Finn lo acomodaba sobre la cama. Se acercó hasta ellos.

-Papá -lo llamó y se arrodilló a su lado -Por favor, papito, despierta...

Greg no reaccionó. Entonces los ojos de Rachel soltaron las lágrimas que había estado acumulando durante todo el camino. Su padre lo era todo para ella. Y si él... se iba ella... ella no iba a soportarlo.

-Tranquila, Rachel-le dijo Finn y acarició su hombro. Ella siguió con la mirada fija en su padre -Le tomé el pulso, está vivo... solo está inconsciente.

Ella se giró a verlo.

-Me muero si le pasa algo -dijo con la voz quebrada.

Finn se arrodilló a su lado, la tomó del rostro y la acercó a él para acurrucarla contra su pecho. Ella se echó a llorar a conciencia y se apretó más contra él.

-Nada va a pasarle, te lo prometo...

Alguien entró al cuarto. Era Maggi. Ellos la miraron y se pusieron de pie. Ella se acercó hasta la cama y se sentó al lado de Greg. Estaba pálida y el cuerpo le temblaba.

-Ya viene el médico -dijo apenas audible.

-Mamá, todo va a estar bien - la calmó él.


Ella simplemente asintió y miró a Greg. Había ido a buscarlo a su despacho para decirle que si... que se quería casar con él y compartir el resto de los años que le quedaban... juntos. Y lo había encontrado tirado en el suelo, inmóvil, con los ojos cerrados. Su mundo se había venido abajo. Ella simplemente iba a morir si al amor de su vida le pasaba algo... Él creía que ella ya no lo amaba, cosa que no era cierta. Lo miró y levantó su mano para acariciar su rostro. Siempre iba a amarlo, no importaba el daño, el dolor, los años... Greg Berry era la otra mitad de su alma.

Kurt entró corriendo al cuarto, todos se giraron a verlo.


-Llegó el doctor -avisó.

Rachel salió rápidamente de la habitación y vio al hombre bastante mayor que terminaba de subir con algo de dificultad las escaleras. Tardó un poco en reconocerlo, pero lo hizo. Ese era el doctor que los atendía a ellos cuando ella aun vivía allí. Por Dios ese hombre todavía estaba vivo... debía tener como más de 100 años.

Sacudió la cabeza y se acercó hasta él.

-Por aquí está mi padre, doctor -le indicó. El hombre la miró sobre sus anteojos y asintió con la cabeza. La siguió en silencio en ingresó al cuarto. Rachel iba a entrar, pero él la detuvo.

-Necesito estar solo -le dijo con voz rasposa. Ella asintió. Y se quedó parada en la puerta. Apoyó la frente contra esta, y suspiró.

-Ven, Maggi -dijo Kurt -Vamos abajo... voy a hacerte un té de tilo así te calmas un poco... Gregi va a estar bien.

salvaje (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora