Incansable; Intenabo

14; almas condenadas

Sinopsis: después de compartir sus juramentos a través de un 'sí, quiero', ese día Conway promete dar su amor y su vida por su esposa; ese mismo día le conoce a 𝒆́𝒍.

O dónde su primer encuentro fue en la boda de C sin esperar que se encontrarían años después por una denuncia de Twitter.

》AU! Intenabo.

》Jack como policía y Gus como camarero.

Forma parte del servicio que se encarga del buffet de su boda, algo evidente viendo su vestimenta. Han hecho contacto visual innumerables veces desde hace apenas treinta minutos y Conway está francamente desconcertado. El joven no le parece del todo un extraño, puesto que cree haberlo visto en algún otro lado. Sin embargo, su cerebro no termina de hilar los cabos sueltos de esa extraña conexión.

Tanto él como Julia han sido el centro de atención desde el primer minuto –incluso desde hace semanas– en el que ha iniciado el evento. Uno no se casa todos los días después de todo. Así que no debería extrañarle que los presentes no apartaran sus ojos de ellos. Eso no quiere decir que los ojos azules de aquel misterioso muchacho no le hagan crear cierta inquietud en la boca de su estómago. No quiere alertar a nadie de su paranoia, así que reprime el autoreflejo de mirar a Volkov y se permite descansar junto a su esposa mientras esta interactúa con movimientos audaces con sus invitados.

Quizá ha pasado una hora desde que ambos han compartido sus 'sí, quiero', pero aún así siente su corazón tamborilear con tan solo pensar en que ambos ya son del otro. Jamás pensó que algo así llegaría a su vida, jamás pensó que podría ser feliz. Sin embargo, desde que la conoció, ha empezado a creer que todo es posible.

—¿Jack?

Se ha dejado llevar por sus propios pensamientos hasta desconectar por completo de su alrededor. Los ojos verdes empañados de inocente preocupación le miran fijamente.

—Lo siento, cariño —deja caer su mano sobre la más pequeña—. Solo estaba pensando.

Comparten una suave sonrisa.

—¿Un dólar por tus pensamientos? —ofrece coqueta.

—Por ti, gratis —peina un mechón que ha caído de su cabello mientras la contempla—. Solo pensaba en lo afortunado que soy.

Cuando acaricia su mejilla, la mujer toma su mano dejando caer levemente su cabeza. Cierran sus ojos varios segundos, compartiendo la presencia del otro y desconectando por completo del ajetreo que les rodea.

—Muchas gracias, Jack —susurra—. Gracias por ser tú, por hacerme la mujer más feliz del mundo, por estar aquí el día más importante de mi vida.

Julia no espera una respuesta y Jack no se atreve a formularla, temeroso a estropear el momento e incluso a romper a llorar en ese mismo instante. Su corazón se siente débil, vulnerable ante la sobrecarga de emociones que le atacan desde hace semanas.

Minutos después ve a su esposa siendo arrastrada por una multitud de mujeres, entre ellas su dama de honor. Sonríe mientras las ve alejarse, llevándose su copa de vino a los labios hasta consumirla del todo. En apenas segundos una silueta aparece por su lado izquierdo para llenarle la copa una vez más, cuándo alza la vista ve a un joven rubio con semblante serio. Le ve a él. El chico le mira durante unos breves segundos hasta que su copa está medio llena y en un parpadeo el muchacho se ha ido.