Chispas

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Yo ya era amor.

Siempre lo he sido.

Desde que fui creada y me llamaron Lena.

Sin embargo, había algunos lugares de los universos en los que el amor era un concepto totalmente diferente. Sentí curiosidad, no entendía cómo aquello podía ser posible. Quise conocer, explorar... mis amigos me advirtieron que sería peligroso, que esos viajes causaban rupturas en los cuerpos y hasta amnesia, podría olvidar quién era, de dónde venía y cómo había ido a parar allí.

Lo pensé durante días, caminaba de un lado a otro en mi habitación mientras afuera la familia reía, descansaba, leía libros, hacía deporte, se bañaba en la piscina, así era la casa, un espacio de relajación y vacaciones constante.

- ¿Vas a hacer el viaje?

Esa era Tina, una de mis hermanas mayores y uno de los testimonios cercanos que tenía de que viajar era algo difícil y doloroso, pero también de que el camino a casa estaba pintado y a menos que ocurrieran ciertos desvíos mentales, se supone que siempre se logra regresar, al menos ella lo ha hecho.
Llevaba un vestido color crema floreado, largo, ceñido en la cintura y el busto y falda holgada.

- Aún no lo sé - le respondí tímida.

- Hoy tuvimos junta y mencioné tu caso.

- ¿Por qué? - Pregunté asustada.

- Porque algunos pensamos que es más conveniente hacer el viaje con algo de entrenamiento previo... ciertas instrucciones... hay... cosas... que es necesario que sepas...

Creo que parpadeé veinte veces seguidas mientras observaba su lacio cabello negro ondearse con el viento. Ella se detuvo, torció los labios y siguió.

- Otros... no opinan lo mismo... son partidarios de que el viaje es mejor a ciegas... pero... yo... yo no... yo no podría dejarte ir así como así...

- ¿Tan malo es?

Tina se sorprendió y frunció el ceño.

- ¿Qué es eso de malo? No existe nada malo ni bueno, solo existimos.

- Entonces déjame existir...

La respiración de Tina se aceleró de repente, yo sentía su molestia, no le veía el rostro porque se volvió hacia la ventana, pero su aura se tornó de tonos oscuros por el malestar. Tomó un respiro profundo y salió disparada de mi habitación.

- ¿Qué hay en esos lugares que te llame tanto la atención? Dicen que los creadores han hecho todo justo como lo de nosotros, hasta los cuerpos físicos se parecen a los nuestros; sin embargo, en esos planetas hay guerras, enfermedades, dolor

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- ¿Qué hay en esos lugares que te llame tanto la atención? Dicen que los creadores han hecho todo justo como lo de nosotros, hasta los cuerpos físicos se parecen a los nuestros; sin embargo, en esos planetas hay guerras, enfermedades, dolor... - suspiró -muerte...

Ese es Nilo, mi mejor amigo. Veinte centímetros más alto que yo, musculoso, amante de la comida, los libros y el ejercicio. Su vivienda queda al lado de la mía, tiene la piscina más grande de todas, de niños solíamos pasar casi todas las tardes ahí metidos hasta que se nos arrugaba la piel.

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