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La puerta principal se abrió ruidosamente, el aire frío entraba ahora en la cálida casa. Sanemi bajó su espada y caminó penosamente hacia el interior de la casa. ❝¿M/n? ¿Ya estás en casa?❞ Sanemi gritó a través de la casa, pero no recibió respuesta. Suspiró, ligeramente irritado, lo único que quería era acostarse y relajarse con su novio, pero ni siquiera estaba aquí. Supuso que te habías ido al mercado.
Sanemi continuó hacia la casa, sin olvidar acariciar a su perro gigante mientras se dirigía a su habitación. Entró en la habitación compartida, el perro saltó rápidamente sobre la cama, con ganas de jugar ❝No ahora amigo, solo quiero tomar un baño y esperar a que tu padre regrese a casa❞ Sanemi colocó sus pertenencias sobre la cama y caminó hacia el baño, comenzando a bañarse él mismo.
Se deshizo de su ropa sucia y se sentó en la tina, un suspiro de alivio al sentir que sus músculos se relajaban. Shina, la perra, se acostó fuera de la tina, haciéndole compañía a Sanemi. Se quedó allí hasta que el agua se enfrió y salió para ponerse ropa cómoda. Todavía no estabas en casa y solo hizo que Sanemi se irritara más. Él solo quería verte. En cambio, fue a la cocina y tomó un bocadillo para sí mismo, y salió a caminar al jardín.
Mientras él estaba afuera, observando la naturaleza, llegaste a casa. Grandes bolsas de comida en tus brazos, te metiste en la cocina y las dejaste. Viste las espadas de Sanemi junto a la puerta, y fuiste a buscarlo. Abriste la puerta del jardín y saliste corriendo, ansioso por ver a tu novio. Se dio la vuelta rápidamente, justo a tiempo para prepararse para tu placa.
❝¿Dónde estabas?❞ preguntó Sanemi, abrazándote suavemente mientras tú lo apretabas.
❝Estaba en el mercado. Aww Nemi, ¿me extrañaste?❞ Bromeaste con él, pellizcando sus costados.
Él solo se burló, mirándote. Riendo, tomaste su mano y lo arrastraste adentro. Sanemi te siguió hacia tu habitación compartida, junto con Shina. Al entrar en la habitación, lo empujaste cerca de la cama, instándolo a acostarse y ponerse cómodo. ❝Ve a acostar, voy a ir a cambiarme y luego nos podemos relajar. Más tarde guardaré la comida.❞ Le sonreíste y él asintió, moviendo las mantas y sentándose en la cama.
Mientras buscabas ropa y te cambiabas, entablaste una conversación con él. ❝Entonces, ¿cómo estuvo la misión?❞
❝Estuvo bien, como siempre, mató algunos demonios. Solo que mucho más cansado esta vez, el demonio era bastante duro.❞ Respondió, Shina saltó sobre la cama, poniendo su cabeza en su regazo.
