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Tú y Aki tenían dos trabajos separados, vivían en apartamentos separados en diferentes partes de la ciudad, pero eso no impidió que ninguno de los dos se visitara y explorara el lugar de trabajo del otro.
Bueno, eso es lo que deberías haber estado haciendo cuando llegaste al Cuartel General de Seguridad Pública, pero tenías otros planes mejores en mente.
Mientras paseaba por los extensos pasillos, saludando casualmente a cualquier transeúnte, miró y buscó hasta que encontró lo que consideraría la oficina de Aki; también has visto el interior unas cuantas veces. Por lo general, para dejar su almuerzo ocasionalmente olvidado y robar un beso o dos. Pero hoy, apareciste con las manos vacías, empujando tu camino adentro y permitiendo que el frío de la habitación ordenada te cubriera.
La vista ante ti provocó un tropiezo en tu corazón; ahí estaba tu novio, blandiendo su traje oscuro ceñido al cuerpo que no sentiste vergüenza al dejar que tus ojos lo observaran. estar mintiendo entre dientes.
Mientras luchabas por dentro para mantener la compostura, los ojos azules se alzaron bruscamente ante la intrusión, pero las nubes de piedra que había en ellos se disiparon tan pronto como reconoció tu rostro familiar.
Con una suave sonrisa tirando de sus labios, Aki se levantó de su escritorio y caminó hacia ti. Sin embargo, cada paso que daba, tus ojos lo seguían, observando descaradamente su cuerpo y cómo se movía cada músculo, moviéndose debajo del esmoquin mientras los usaba para alcanzar tu costado.
❝Oye❞ llamó, su voz profunda demasiado dulce para tus oídos. Aki se elevaba sobre ti, sus párpados pesados con un cariño agudo mientras dejaba que tu mano atravesara su cintura para frotar la parte baja de su espalda. A cambio, envolvió un brazo alrededor de tu hombro y el otro avanzó poco a poco hasta tu mano libre, los dedos se enroscaron a su alrededor y efectivamente te enjaularon contra él, lo que siempre permitirías.
Continuando aferrándote a él, sonreíste, dejando que tu barbilla se posara sobre su pecho. ❝Oye❞ dijiste como un loro, mirándolo a través de tus pestañas, captando la forma en que sus mejillas se oscurecieron sutilmente ante la mirada. Pero debe haberse dado cuenta de tu actuación porque el sonrojo desapareció y pronto se mostró escéptico ❝Entonces... si no me olvidé de mi almuerzo y no tienes nada contigo, ¿simplemente me extrañaste? O ¿Quieres algo de mí? ¿Es eso?❞ El hombre de cabello oscuro te miró, pero tus ojos estaban en otra parte.
Aki trató de seguir tu línea de visión ❝M/n, ¿amor?❞ El cariño atrajo tu atención, pero tus ojos se desviaron hacia su traje por lo que pareció ser la quincuagésima vez esa noche. ❝¿Qué es?❞
