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El traqueteo del boli chocando constantemente contra la mesa ya llevaba unos eternos minutos taladrando el oído de Miriam y la paciencia de ésta se estaba evaporando por momentos.
Cada golpe que escuchaba le impedía poder concentrarse con los ejercicios de sintaxis que tenia delante y todavía le quedaba rato para poder acabarlos.

En su interior, notaba como iba exasperándose a pasos agigantados, hasta que, de repente, el traqueteo paró.

Por fin había silencio.

Miriam suspiró aliviada, pero ese alivio fue efímero.  El sonido del boli cayendo contra la mesa le puso en tensión de nuevo.

Lo intentó, de verdad que intentó concentrarse en la frase que tenia delante y que había leído ya 5 veces seguidas.

Había quedado con sus amigas para luego verse, y antes tenia que acabar, así que, suspiró y, haciendo un gran ejercicio de concentración, volvió a leer por sexta vez como Marina tenia que irse con Juan al cine, pero antes pararon para comprar algo para comer e ir al baño.

Escribió nombre debajo de "Marina", y cuando fue a escribir verbo debajo de "tenia", la caída del boli contra la mesa le rompió de nuevo la poca concentración que tenia.

Miriam pegó un pequeño golpe con su mano encima de su libreta y se giró bruscamente en la dirección de donde provenía el molesto ruido.

Su paciencia se había ido de vacaciones y no había cosa que le molestara más que no le dejasen concentrarse cuando lo tenia que hacer.

- ¿Puedes parar?

La granadina, que estaba en su escritorio también con libros delante y con un boli jugueteando y dando vueltas entre sus dedos, miró a su compañera de habitación.

- ¿Qué te pasa, gallega?

- Que me estás poniendo de los nervios con el boli. Haces un montón de ruido.- le reprochó dejando salir su acento gallego.

- Illo, te pones tranquila, eh, que tampoco es pa' tanto. Vaya dramática. -le contestó la granadina con una leve sonrisa burlesca.

Miriam resopló y rodó los ojos. 

¿En qué momento se le ocurrió que era buena idea quedarse en esa habitación para hacer algo de clase?
Estaba claro que con ella ahí no iba a poder concentrarse como ella necesitaba, pero es que cuando llegó a su habitación, y la vio tan tranquila puesta en el escritorio, pensó que ella también podría hacerlo y no tendría que irse a la biblioteca común, la cual estaba en la otra punta del internado.

-Solo te pido que pares, por favor. -le contestó sin mirarle y poniendo de nuevo su vista en su libreta- Quiero acabar lengua ya de una vez.

-¿Tú también estás haciendo la mierda esta de la sintaxis?

-Lo intento, la verdad, pero me lo estás poniendo un poco difícil.-bufó la gallega.

-Yo también estoy en ello, pero me estoy muriendo del asco -Mimi dejó caer sus brazos a cada de la silla y echó la cabeza hacia atrás bufando, enfatizando su drama interior.

-No, no hace falta que lo jures. Ya lo veo.

- Tu, como eres así de nerd, pos no te cuestan estas cosas. -soltó sin moverse.

¿Qué le había llamado?

-¿Perdona? - le miró con el ceño fruncido.

- ¿Qué pasa? Es verdad, a mi me la pela que esta oración sea yuxtapuesta o no. Pero seguro que tu, que eres más empollona, la has sabido hacer, para variar- lo soltó tan pancha.

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⏰ Última actualización: Feb 12 ⏰

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Te quiero lejos, pero...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora