Te quiero lejos, pero...

8

- ¿Perdona?

- Que sí, Mireya.

- Pero Miri, ¿tú estás segura de lo que estás diciendo? -intervino también Julia.

- Creo que sí.

- ¿Crees? - le preguntó Mireya alzando las cejas.

- Es que todo encaja, chicas. -se explicó Miriam, sentada en su cama con sus dos amigas de pie, delante de ella- Miki me dijo antes que las vió salir de ese pasillo más veces, por lo tanto, deben dormir por allí. Además, cuando Noe me enseñó el vídeo, el ángulo en el que estaba grabado era muy bajo como para que lo grabarse una cámara puesta en el techo. Encima, cuando salí de allí, ella pasó por mi lado y me soltó que vaya paseito el de anoche.- las manos de la gallega gesticulaban a la misma velocidad de la que ella hablaba y su mirada suplicaba que le respaldaran en su teoría. -Es que todo cuadra.

Tanto la gaditana como la malagueña se miraron, y esta última pudo ver en la cara de su amiga que las dos no lo tenían tan claro como Miriam, y así se lo hizo saber.

-No sé, Miriam... - le contestó suspirando.

-¿No sabes qué? Está blanco y en botella, carallo.

-Pues yo no lo veo tan claro, tía. -le espetó Mireya ya algo molesta por la insistencia de la gallega- Vale que sabe que estuviste por ahí anoche y quizás te vió porque pasaste por delante de su habitación. Pero de eso a chivarse, hay un trozo. Nunca hemos cruzado esa línea porque todos sabemos los trapos sucios de todos.

-Pues yo sí lo creo, lleva incordiando desde que entré por la puerta del internado, y no parará hasta que me la líe de verdad. Y no se lo pienso permitir.- se defendió Miriam, pero conocía a su amiga y sabía que cuando se ponía con los brazos cruzados y frunciendo el ceño, poco había que hacer.

-Te recuerdo que fuiste tu misma la que dijiste que ibas a pasar de ella durante todo el curso y que no querías saber nada, te hiciera lo que te hiciera.-Zanjó la malagueña provocando que Miriam se quedara muda ante sus palabras. Porque antes de ser palabras de su amiga, habían sido suyas, como le recriminaba Mireya. -Y ahora nos vienes con estas, dándole un montón de importancia a lo que te ha hecho, cosa que querías evitar. No te entiendo, Miriam, de verdad- Suspirando, miró a Julia, que se había mantenido al margen todo el tiempo y con la mirada le interrogó- ¿Y tú, qué? ¿Qué opinas de todo esto?

- Yo...-empezó Julia, encogiéndose de hombros.- creo que estoy con Mireya. -se posicionó consiguiendo un bufido de Miriam- Es que Miriam, Mire tiene razón. Todos sabemos los trapos sucios de todos y si ella abre el cajón, toda la mierda sale. Todos empezaríamos a chivarnos -Se explicó- y ella sería la primera perjudicada, porque aquí todas sabemos quien consigue tabaco de fuera y lo vende a los alumnos.

-¿Lo ves? -siguió Mireya viendo que tenía el apoyo de Julia- Incluso Juls piensa igual que yo.

Y la verdad es que era de extrañar, porque la gaditana era la primera que acusaba a Mimi y Nerea, pero esta vez, había sido mucho más prudente. Sabía que lo que menos necesitaba la gallega en ese momento era enzarzarse en una batalla como esa. 

-Bah, da igual. - tenía la batalla perdida con sus amigas cuando se ponían de acuerdo. Se levantó de la cama y se dirigió hacia su escritorio intentando dar por acabada la conversación, pero su amiga Mireya no tenía la misma intención.

-No, no da igual. Nos estás contando todo esto y parece que nos quieres convencer a toda costa. ¿Para qué, Miriam? ¿Para actuar?

-Pues sí. -saltó la gallega-  Si se la devolvemos, seguro que nos...