Capitulo 13: El pistolero

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Leon y Chris prometieron no hablar con nadie sobre su secreto, pues si las personas equivocadas se enteraban de lo que hacía en realidad la flecha, todos querrían robarla para sus propios fines.

....

Dos semanas habían pasado desde que Chris pudo despertar su stand, Chris seguía ejerciendo su trabajo con normalidad, aunque se negará a usar su stand en combate durante sus misiones puesto que aún era un novato e inexperto usando su stand para el combate.

Leon se encontraba durmiendo plácidamente en su cama, hacia un calor infernal afuera y eso se presentaba en el cuerpo sudoroso de Leon. Sinceramente no quería ser despertado por Hunnigan, Chris o cualquier cosa que tenga que ver con su trabajo.

Esta vez no fue así, esta vez se despertó sin ninguna interrupción. Leon despertó con una gran sonrisa en su rostro, aún con los ojos cerrados se estiró y salió de la cama.

Leon estaba tan de buen humor que decidió prepararse un desayuno usando una receta que su madre solía prepararle, un Risotto Nero como dirían los italianos.

Encendió la televisión, pero para su mala fortuna estaban pasando los dibujos animados. Estaba de tan buen humor que no le importó cambiar el canal. Puso una de sus canciones favoritas en su estéreo, la canción era Paranoid de Black Sabbath.

Una vez que estaba listo el desayuno se dispuso a comerlo, pero no sin dar las gracias antes.

—Gracias madre, desde donde quiera que estes.

Leon empezó a devorar su desayuno, mientras veía televisión y escuchaba música una combinación un poco rara la verdad. 

Él se metió a la ducha para darse un baño esperando calmar el calor, por esta vez se bañaría con agua fría ya que el clima en la ciudad era literalmente la temperatura de un horno.

Una vez que se bañó salió de casa, esperaba ir a correr un poco y como era de costumbre no pudo salir sin su reproductor de música portátil, su teléfono y sus auriculares.

Leon debido al calor, salió con una simple playera sin mangas similares a las que usan los reclutas en el ejército, junto con unos pantalones de gimnasia. 

Leon corrió por unas 2 horas, cuando decidió descansar en un parque cercano. Por otro lado, no muy lejos de ahí se encontraba cierta mujer de cabello corto.

Jill estaba furiosa hablando por teléfono, pobre tipo de la otra línea. Realmente estaba furiosa.

—Escúchame bien pedazo de escoria putrefacta, ¿cómo que estoy suspendida? — Gritó muy molesta, gesto que asustó a las personas cercanas.

Este grito llamó la atención de Leon el cual estaba descansando antes de que llamará su atención.

—Jill lo siento, esto no es decisión mía, son órdenes directas y yo debo cumplirlas. No podrás salir a misiones.

—Supongo que no debo decir nada en contra ¿verdad?. Te veo luego Chris — Un poco triste, Jill cortó la llamada.

Jill se recargó sobre su asiento, la brisa y la tenue luz del sol que se filtraba a través de las hojas sobre su rostro la hacía sentir relajada. Leon se acercó caminando a donde estaba ella sentada.

—Veo que no estas teniendo un buen día.

La tranquilidad de Jill se vio interrumpida. Ella abrió un ojo para ver a Leon parada frente a ella. Jill sonrió de manera cansada, la llegada de Leon tal vez haría que se distrajera de sus problemas.

—Novato, eres tú.

—¿Te importa si te acompaño?.

—Adelante — Autorizó Jill.

Leon Kennedy usuario de StandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora