Capítulo 24: Gotas de Lluvias

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Una tormenta se cernió repentinamente sobre la ciudad de Nueva York, oscureciendo los cielos mientras la lluvia intensa humedecía todo. 

Leon cojeaba mientras dejaba un evidente rastro de sangre tras de sí, su visión borrosa le impide ver correctamente, solo siendo capaz de ver la lluvia caer del oscuro cielo. Su manera de caminar es casi de arrastras.

Agachó su cabeza mirando al suelo con una mirada opaca, una mirada gris y apagada de lo que alguna vez fue un azul brillante, cayó de rodillas sin fuerzas.

Pasó sus dedos por al agua corriendo en la acera, tomando lo poco que quedó entre sus dedos, usó su habilidad convirtiendo esos rocíos en una pequeña estalactita gélida.

Sus fuerzas eran nulas, esto queda muy en claro al ser incapaz de apretar con fuerza la estalactita. Llevó la punta de aquel pedazo puntiagudo de hielo hasta su garganta, con la filosa punta rozando su piel, Leon cerró los ojos y lentamente empujó la punta, la punta se adentró en su piel abriéndose paso entre su tejido.

Leon se detuvo a unos dos milímetros de su laringe, abrió los ojos y sacó el pedazo de hielo de su garganta. Apretó sus dientes mientras de sus ojos escurría algo más que lluvia.

Sin que se diera cuenta, había mordido su labio inferior el cual sangró. Leon se quedó en silencio viendo la lluvia sin hacer nada para detener el sangrado. Leon se mordió la lengua tan fuerte que el dolor resultó insoportable, pero a él no le importó.

Intentó ponerse de pie y caminar, pero cuando dio dos pasos terminó cayendo de cara contra el borde de la acera, quedando la mitad de su rostro sumergido en el agua que corría por la calle. Sin moverse, solo podía esperar a que la corriente de agua fuera más fuerte para empezar a ahogarse, quien creería que el gran agente Leon Scott Kennedy moriría ahogado por el agua lluvia de una cuneta, patético pensó él.

Él rio ante la idea, pero su risa fue interrumpida y reemplazada por una tos de ahogamiento, provocada por el agua ingresada en sus fosas nasales, estaba ahogándose, quería levantarse, su cuerpo lo exigía, exigía seguir viviendo. Sin embargo, no podía.

El agua consumida impidió totalmente la respiración, sus vías respiratorias fueron obstruidas. Moriría sin poder hacer nada para impedirlo, sus parpados amenazaban con cerrarse y no volver a abrirse nunca más, su cuerpo sufrió de fuertes espasmos y ese sentimiento de querer escapar de un lugar sin salida.

Lentamente comenzaba a perder la consciencia y sus parpados a cerrarse definitivamente, pero justo cuando estaba a un paso de perder por completo la consciencia, fue tomado y levantado por el cuello de su chaqueta.

Leon fue tirado con fuerzas, como era de esperarse cayó de espaldas al suelo. Leon escupió enormes cantidades de agua mientras luchaba por respirar, debido a eso, una fuerte tos salió de sus vías respiratorias tratando de expulsar toda el agua. Leon luchó por recuperar el aliento, hizo una expresión de dolor al cerrar los ojos, para posteriormente abrirlos y ver a Eduard el cual estaba de sentado en el suelo con una respiración agitada, inhalando y exhalando pesadamente mientras tenía su mirada en blanco expresando su cansancio y estado de shock.

Eduard volteó la mirada hacia Leon, cambiando su mirada a una de cansancio, tristeza y preocupación. Leon igualmente compartió una mirada igual, aunque la de Leon expresaba una sensación de vacío.

El joven Zeppeli se acercó lentamente, una vez estando cerca de él, lo miró fijamente para luego darle un puñetazo. Eduard se quedó mirándolo con una mirada decepción y enojo, pero a la vez de alivio.

Posteriormente, Eduard lo ayudó levantarse, apoyando el brazo de Leon sobre su cuello mientras lo sujetaba para evitar que cayera, le recordó a cuando fue la pelea en el bar y él tuvo que cargarlo de la misma manera.

Leon Kennedy usuario de StandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora