Leon S. Kennedy, un experimentado agente contra el bio terrorismo, ésta vez se enfrenta a amenazas bizarras que no termina de comprender. Su vida dio un giro de 180° al su destino ser entrelazado con las flechas y el hombre de la estrella.
Los llam...
Se preguntó una mujer pelirroja que aparentaba haber estado inconsciente momentos antes.
La joven se levantó del piso, se dirigió a la cocina de su apartamento para beber un vaso de agua fría. Mientras bebía un fuerte dolor de cabeza la hizo casi ahogarse con el agua.
—¿Que me está pasando? — Se preguntó mientras se tocaba la cabeza.
El dolor punzante llegó a su cabeza una vez más, sin embargo, esta vez era más fuerte. El vaso cayó al piso rompiéndose en pedazos, Claire se tambaleó evitando caer al suelo.
La pelirroja cayó de rodillas ante el infernal dolor, sujetando fuertemente su cabeza con sus manos. Sus manos temblaban y su sudor era frío, una fiebre inundaba su cuerpo. El dolor se expandió rápidamente a todo su cuerpo al punto de hacerla caer de cara contra el suelo.
Mientras ella se retorcía de dolor, la llave de la fregadera se abrió por sí solo in que ella se diera cuenta dejando salir agua que poco a poco comenzaba a volverse más densa.
El agua de la fregadera se desbordó mojando el piso cercano a Claire, el agua tocó su rostro haciendo que se diera cuenta de la llave del grifo abierta.
—¿Oye me escuchas? — Habló una voz apenas audible.
Claire creyó que esa voz fue producto de su cabeza a causa de su fiebre. Sin embargo, seguir escuchando esa voz le hizo dudar de si en verdad lo era.
—Soy yo, el que te apuñaló aquella flecha ¿lo recuerdas? — El agua que caía de la fregadera empezó a elevarse lentamente tomando una forma vagamente humanoide.
Si no fuera por el agua que caía al formarse salpicando su rostro, Claire hubiera creído que estaba alucinando, cualquiera lo hubiera creído. Poco a poco el dolor y malestar en su cuerpo iba desapareciendo como si su dolor fuera esa cosa formándose a partir del agua.
La criatura terminó de formarse mostrando una figura humanoide de piel celeste, dos cuernos que se asemejaban a las orejas de los gatos, un rostro plano sin boca y vistiendo una armadura gris con picos metálicos.
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Claire gritó del susto, rápidamente se alejó para tomar el arma que siempre guardaba en una de las gavetas de la alacena.
Sin perder ningún segundo disparó al ente múltiples veces, pero todas las balas fallaron. El stand detuvo todos los disparos tomando las balas con sus manos gracias a su velocidad sobrehumana.
Claire asustada se alejó para tomar un cuchillo y lanzarlo, al igual que las balas, el cuchillo fue detenido con suma facilidad. Lo que el stand no esperaba era ser golpeado con una sartén en la cabeza.
—Espera — El stand trató de hacer paz levantando sus manos en señal de rendición, pero eso no detuvo a Claire quien siguió golpeándolo con el sartén incluso cuando este ya no lo tenía en las manos, seguía intentando atacarlo con sus puños —Por favor detente, por favor no sigas — El stand se vio en la obligación de neutralizar todos los ataques, una patada se dirigió a él siendo detenida por la mano del stand al igual que un puñetazo de la pelirroja.
